Un tribunal de Costa Rica ha impuesto una condena al jefe de la red narcotraficante nicaragüense Los Tarzanes, lo cual es un indicio de la presencia operativa de esta organización criminal en su país vecino.
El 16 de septiembre, un tribunal penal de la provincia de Limón condenó a tres miembros de Los Tarzanes, incluyendo a su jefe máximo, Agustín Reyes Aragón, a 12 años de prisión, informó La Nación. Los hombres fueron declarados culpables de traficar más de 700 kilos de cocaína de Colombia a Costa Rica mediante lanchas por el mar Caribe.
Reyes Aragón fue detenido el año pasado en Limón, junto con otros miembros de Los Tarzanes, durante una serie de redadas realizadas por autoridades de Costa Rica.
Según Diario Extra, Reyes Aragón también es requerido en Nicaragua por cargos de narcotráfico. Tras su detención el año pasado, Reyes Aragón supuestamente rogó a las autoridades costarricenses que no lo devolvieran a Nicaragua, pues según él, un importante político sandinista les había pagado más de US$3.000 a sicarios para que lo mataran.
Análisis de InSight Crime
Por mucho tiempo se creyó que Los Tarzanes habían usado a Costa Rica como escondite, pero las investigaciones iniciadas por funcionarios judiciales en 2012 demostraron que el grupo estaba realizando cada vez más operaciones de narcotráfico en el país. De hecho, Los Tarzanes se ubican principalmente en el departamento nicaragüense de Río San Juan, al sur del país, situado en la frontera con Costa Rica y cerca de la costa Caribe, lo cual hace que extender sus operaciones a la vecina Costa Rica sea una tarea relativamente fácil y conveniente.
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Por su parte, Reyes Aragón se puede sentir aliviado con la condena. Según el tratado bilateral de extradición entre Costa Rica y Nicaragua, los presos deben cumplir sus condenas en cualquiera de los dos países antes de que puedan ser extraditados. Por lo que el fallo le estaría otorgando a Reyes Aragón por los menos 12 años antes de que sea enviado a Nicaragua, donde al parecer se ha ofrecido una recompensa por su cabeza.
Según la policía de Nicaragua, Los Tarzanes tuvieron sus inicios en los años noventa, transportando cargamentos de cocaína para la entonces poderosa organización colombiana del Cartel del Norte del Valle (CNDV). Aunque el CNDV ha desaparecido, Los Tarzanes continúan funcionando como intermediarios para organizaciones criminales transnacionales, transportando cocaína colombiana a México y de ahí a Estados Unidos.