La provincia de Limón en Costa Rica es hoy la capital nacional del homicidio, pues el creciente flujo de cocaína ha reanudado las disputas por el puerto, principal punto de salida de narcóticos del país.
El 19 de mayo, se desplegaron cerca de 150 agentes de policía en Puerto Limón, capital de la provincia, para mantener el orden y proteger a la población local. Esta medida se implementó dos días después de que un reconocido capo de la zona, Ronny Dobrovsky Rojas, fuera acribillado cuando dejaba a su hija en la escuela, en el centro de la ciudad.
El asesinato de Dobrovsky Rojas subió a 54 el saldo total de homicidios este año en Limón, puerto sobre el Caribe. Hasta el 90 por ciento de estas muertes son resultado de enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, como informó el medio informativo La Nación, con base en una conferencia de prensa del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
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En lo que va corrido de 2022, Limón ha aportado casi una cuarta parte de los homicidios del país, y su tasa de homicidios es el triple del promedio nacional, según señaló Walter Espinoza, director general del OIJ, en una conferencia de prensa la semana pasada.
Una de las principales causas de la violencia es el puerto de contenedores de Moín, en Limón, que presenta dificultades para contener el flujo de cocaína. Recientemente, el 19 de mayo, las autoridades decomisaron 37 ladrillos de cocaína que iban con destino al Reino Unido. Moín sigue siendo el principal foco de tráfico de cocaína en Costa Rica y uno de los más grandes de Centroamérica.
Análisis de InSight Crime
Los homicidios en Costa Rica y Limón tocaron un pico en 2017, a pesar de lo cual la violencia sigue siendo aguda, con brotes esporádicos que atizan una crisis de seguridad cada vez más arraigada, propiciada por la competencia entre grupos de narcomenudistas y distribuidores medianos por las rentas del narcotráfico.
Dobrovsky Rojas era un arquetipo de los problemas que agobian a Limón. Las primeras investigaciones en su contra datan de 2013, después de ser sorprendido con más de US$200.000 que se sospecha era dinero de la droga. Antes de su arresto en 2017, fue señalado de liderar una banda local que traficaba cocaína y marihuana en barco desde Jamaica.
Su grupo también fue acusado del asesinato de cinco personas y de tráfico de armas, cuya facilidad de acceso siempre ha sido un factor en el problema de los homicidios en Limón. Sin embargo, a Dobrovsky Rojas solo se le impuso prisión domiciliaria, la cual fue conmutada a comienzos de este año por comparecencias quincenales ante el tribunal.
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Aún no está claro si el asesinato está conectado con el conflicto de pandillas global en Limón entre los grupos rivales Diablo y Pechuga. Con más de 150 muertos en cinco años, dicha guerra territorial ha sido un factor importante de violencia, y los presuntos miembros de la banda Diablo siguen siendo detenidos por narcotráfico en la provincia.
Aunque las medidas de fuerza contra los grupos criminales visibles son un componente esencial para restablecer la seguridad en Limón, las autoridades también deben dirigir su atención a problemas estructurales que contribuyen a la crisis, como la pobreza y el desempleo generalizados, que les facilitan a las bandas el reclutamiento de nuevos miembros.