Autoridades de Panamá y Costa Rica desarticularon una red internacional de tráfico de personas, lo que pone de relieve el éxito de la cooperación policial en la lucha de ambos países contra las redes de tráfico de migrantes.

El 30 de julio, las autoridades costarricenses adelantaron 36 operativos a lo largo de las fronteras que ese país comparte con Panamá y Nicaragua, y detuvieron a 40 sospechosos de integrar la red de tráfico de personas, como informó Reuters. De manera simultánea, la policía federal de Panamá allanó 21 sitios en todo el país y arrestó a otros 12 individuos.

La red transportaba migrantes —con destino a Estados Unidos— desde varios países asiáticos y africanos. Entre las personas en tránsito había también migrantes de Cuba y Haití.

Las investigaciones a la red de traficantes (o coyotes), que según informes cobraba US$1.500 por pasar a los migrantes por Panamá, se iniciaron en 2018, según un comunicado de prensa de la Procuraduría General de Panamá.

La ofensiva fue una de las operaciones de mayor envergadura que se hayan llevado a cabo en Costa Rica contra una red de tráfico de personas, según Reuters.

VEA TAMBIÉN: Noticias y perfil de Costa Rica

Análisis de InSight Crime

Las autoridades de todo Centroamérica deben colaborar en sus esfuerzos por desmantelar las redes de tráfico de personas, que se apoyan en redes de delincuentes ubicados en diferentes países.

Los actores criminales involucrados en el tráfico de personas han utilizado por mucho tiempo a Centroamérica como puente hacia Estados Unidos. Los coyotes también han logrado evadir a las autoridades en la región gracias a las porosas fronteras y los inadecuados controles migratorios en muchos de estos países.

Panamá es un centro de tráfico de migrantes cubanos. Por ejemplo, los traficantes que operaban en la red desarticulada ingresaban al país con visa de turismo.

Pero Panamá y Costa Rica han mostrado que ambos están preparados para trabajar en conjunto en la lucha contra el tráfico de personas.

VEA TAMBIÉN: Noticias y perfil de Panamá

En septiembre de 2018, las autoridades costarricenses y panameñas arrestaron a 39 personas implicadas en el tráfico de migrantes chinos. La red, liderada por tres ciudadanos chinos en Costa Rica, tenía una cadena de contactos en Asia, Europa y Suramérica. También contaba con agentes de inmigración corruptos en Costa Rica, quienes falsificaban los documentos para los migrantes chinos a su entrada al país. Los migrantes arribaban a Bolivia, Colombia, Perú o Ecuador, desde donde viajaban al país centroamericano.

Con frecuencia, los migrantes chinos en estas redes eran sometidos a prácticas de trabajo forzado, en las que se les pagaba una miseria para sufragar los costos de transporte, alojamiento e ingreso al país. Las mujeres migrantes también se convertían en víctimas del tráfico sexual luego de ser reclutadas por grupos criminales en China, o en países de África y Latinoamérica.