El Tesoro de Estados Unidos ha añadido a dos figuras vinculadas a la Organización de los Beltrán Leyva a su “lista de capos” (“Kingpin list”); otra señal de que el cartel, otrora en declive, está restaurando su influencia en México.
El Tesoro designó a Arnoldo Villa Sánchez y Miguel Loza Hernández como narcotraficantes especialmente designados (Specially Designated Nationals List – SDN), junto con la empresa de seguridad Sistemas Elite de Seguridad Privada, en la que ambos hombres tienen acciones.
Villa, quien también utiliza el nombre de Erick Rene Calderón Sánchez, es el jefe de seguridad de Héctor Beltrán Leyva, actual líder de la Organización de los Beltrán Leyva (OBL) y ha llevado a cabo diversos actos de violencia en su nombre, según el comunicado de prensa. Loza, por su parte, fue incluido por sus vínculos con Villa y la empresa de seguridad.
Como resultado de la decisión, cualquier activo, propiedad de los hombres o de la compañía en Estados Unidos son congelados y los ciudadanos estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con ellos.
El director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), Adam Szubin, dijo que las designaciones se producen tras un “resurgimiento” de la OBL.
Análisis de InSight Crime
Estas nuevas designaciones refuerzan la idea del reciente resurgimiento de la OBL. Originalmente dirigida por tres hermanos, Arturo, Héctor y Alfredo Beltrán Leyva, los otrora poderosos aliados del Cartel de Sinaloa, había estado tambaleándose después del arresto de enero de 2008 de Alfredo y la muerte de Arturo en diciembre de 2009 a manos de infantes de marina mexicanos. El arresto de Alfredo provocó una amarga ruptura con el Cartel de Sinaloa, mientras que la muerte de Arturo vio al grupo sumirse en el caos y las luchas internas.
No obstante, Héctor Beltrán Leyva ha reconstruido poco a poco la organización, creando fuertes vínculos con los Zetas para combatir a una asociación de los Carteles de Sinaloa y del Golfo. Se pensaba que la OBL era instrumental en la exitosa batalla de los Zetas por la ciudad norteña de Monterrey -un territorio clave para el narcitráfico-.
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La organización tampoco nunca había sido erradicada de la ciudad costera del Pacífico de Acapulco, donde una guerra territorial en curso ha cobrado más de 600 vidas este año, según fuentes de la policía estatal consultadas por InSight Crime.
La OBL también estuvo relacionada con un ataque contra agentes de la CIA el año pasado, mientras que su alcance aparentemente se extiende más allá de las fronteras de México, con fuentes de inteligencia de Panamá a principios de este año nombrándolo como uno de los cuatro carteles mexicanos que operan en Panamá.