Las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero ELN se han echado nuevamente para atrás por la continuación de los secuestros por parte de los guerrilleros, lo que muestra cómo este tema se ha convertido en un escollo importante para los diálogos.
El gobierno de Colombia tomó la decisión unilateral de “congelar la implementación de los acuerdos firmados y pactados esta semana” con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), según un boletín de prensa conjunto del 10 de junio.
El 6 de junio, las dos partes se habían puesto de acuerdo en varios puntos relativos a la “pedagogía y comunicaciones para la paz”. Pero cuatro días después, las autoridades decidieron echarse para atrás en la decisión.
“¿Cómo se le puede hacer ‘pedagogía conjunta a la paz’, cuando el ELN persiste en hacer la apología del secuestro?”, replicó Juan Camilo Restrepo, jefe del equipo negociador del gobierno, en Twitter.
En una carta abierta enviada a El Espectador y publicada el 5 de junio, Restrepo ya había planteado el tema de los secuestros del ELN como una barrera para los diálogos de paz, aun cuando sostenía que había tiempo suficiente para llegar a un acuerdo en la administración del actual presidente Juan Manuel Santos, cuyo periodo termina el año próximo.
(Las negociaciones entre las dos partes no se han parado del todo, pues solo se ha parado la implementación de las citadas medidas de comunicación).
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Como portavoz del gobierno, Restrepo definió el secuestro como un problema humanitario cuya solución debía tratarse como prioritaria. El abandono de la actividad ilegal por parte del ELN también se estableció como prerrequisito de un cese bilateral al fuego, algo que el grupo guerrillero ha pedido constantemente.
En una entrevista reciente con TeleSUR, el comandante del ELN Nicolás Rodríguez Bautista, alias “Gabino”, insistió en la importancia de implementar un cese bilateral al fuego “por el alivio humanitario para las zonas sometidas a la guerra por más de 53 años y para generar confianza en el proceso de paz”.
Gabino añadió que “de parte del ELN está toda la disposición. Si el gobierno se decidiera a hacerlo, mañana podríamos pactar el cese”.
Análisis de InSight Crime
El tema del secuestro ha resultado un obstáculo central para el avance de las negociaciones de paz entre el ELN y el gobierno. La fecha de inicio oficial de los diálogos, fijada en un inicio para octubre de 2016, se postergó por más de tres meses por la incapacidad del ELN de liberar a un rehén de alto perfil, el excongresista Odín Sánchez Montes de Oca, quien eventualmente fue liberado en febrero de este año.
Ahora, el tema del secuestro ha bloqueado la implementación de acuerdos recientes en el proceso de paz, mientras mantiene en jaque la posibilidad de un cese bilateral al fuego. El grupo guerrillero, bajo continuo acoso militar, ha sido insistente en que un cese bilateral al fuego permitiría el avance de los diálogos.
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Aun si el secretariado del ELN decide ordenar el cese del secuestro, queda la duda de si podrán hacer cumplir la decisión entre sus filas rotas.
Para empezar, el ELN no cuenta con una estructura jerárquica integrada verticalmente. Ya han aparecido informes de inconformidad de varios frentes del ELN. Y en segundo lugar, como lo descubrió InSight Crime en una reciente investigación de campo en Nariño, el negocio del secuestro sigue siendo extremadamente lucrativo, lo que aumenta aún más el riesgo de que los combatientes se nieguen a seguir las órdenes de abandonar esta fuente de ingresos.