El fiscal general de El Salvador ha confirmado que la institución que preside está investigando las acciones de los dos grupos de negociadores que participaron en la tregua entre pandillas del país, sugiriendo que bajo la nueva administración no habrá más intentos semioficiales de mediación con las pandillas.
Hablando en una entrevista con La Prensa Gráfica, Luis Martínez, dijo que creía que la reciente detención del mediador de las pandillas, el padre Antonio Rodríguez, marcaría el comienzo de las revelaciones de ilegalidad durante la tregua que fue instaurada por el sacerdote y por el entonces ministro de Seguridad Ricardo Perdomo, señalando que la investigación incluso podría abordar el papel que jugó el propio Perdomo.
Martínez agregó que la Fiscalía también estaba investigando las negociaciones iniciales entre las pandillas de la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, puestas en marcha por el predecesor de Perdomo, David Munguía Payés, junto con el exdiputado Raúl Mijango y el obispo Fabio Colindres, pero aclaró que esa investigación estaba tomando más tiempo ya que era una situación “mucho más compleja y más profunda”.
Refiriéndose a los procesos rivales como “Tregua Hipócrita 1” y “Tregua hipócrita 2,” Martínez dijo a La Prensa Gráfica “que muchas de las personas que trabajan en estos procesos de pacificación realmente no son gente transparente y sincera”.
El nuevo fiscal general también condenó los resultados del proceso de la tregua.
“Si es que la famosa tregua nunca fue a favor del pueblo, sino que siempre contra el pueblo. [Las pandillas] nunca dejaron de extorsionar, nunca dejaron de llevar dolor y luto a nuestro país. Entonces, ahí hubo un error”, señaló.
Análisis de InSight Crime
La llegada de Ricardo Perdomo al Ministerio de Seguridad fue una de las principales razones de la ruptura de la tregua entre pandillas en El Salvador -que generó una enorme caída en los asesinatos después de entrar en vigor en marzo de 2012. Perdomo rápidamente cerró los canales de comunicación utilizados por los líderes pandilleros encarcelados y también marginó al equipo negociador inicial, al tiempo que permitió que Rodríguez -conocido localmente como el padre Toño- comenzara su propio proceso de mediación.
Con un nuevo gobierno salvadoreño, que hasta ahora se ha mostrado ambivalente frente a las negociaciones de las pandillas, la detención de Rodríguez ha levantado sospechas de que la nueva administración podría favorecer a los negociadores iniciales en cualquier mediación futura.
Sin embargo, los comentarios de Martínez sugieren que la Fiscalía está tras todos los grupos que participaron en el controversial proceso. Estas investigaciones probablemente significarían el fin de cualquier intento semioficial de negociar acuerdos entre las pandillas.
A raíz de haber dado un respaldo no oficial al proceso inicial, el gobierno anterior consiguió mantenerse a una distancia políticamente conveniente, pero también dejó a la tregua en un zona legal gris. Es poco probable que en el futuro participen mediadores si se sienten en riesgo de ser perseguidos, lo que deja al gobierno con dos opciones: abandonar todos los intentos de negociación con las pandillas, o implementar un proceso de mediación totalmente oficial -lo que sería difícil dado lo poco popular que es el proceso entre el electorado.