El fiscal general de El Salvador está tomando la ruta de Al Capone para golpear al Cartel de Texis, acusando por evasión de impuestos a quienes en realida son los líderes principales de un grupo de tráfico de drogas y de lavado de dinero, en el último intento de poner fin a la impunidad de la que, hasta ahora, habían disfrutado.

Las autoridades han acusado formalmente a dos de los tres fundadores del grupo, José Adán Salazar, alias “Chepe Diablo“, y al alcalde de Metapán, Juan Umaña. El hijo de Umaña, Wilfredo Guerra, también fue acusado por cargos de evasión de impuestos que en total suman US$ 2,3 millones, informó la Prensa Gráfica.

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El empresario Salazar es acusado de haber evitado como persona natural, US $ 834.000 dólares en impuestos, así como casi US $ 82.000 dólares a través de su cadena hotelera Hotesa. Guerra enfrenta cargos de evitar como persona natural US $ 637.000, y más de US $ 365.000 dólares a través de la empresa de cereales Gumarsal, Umaña es acusado de evadir casi  US $ 69.000 en impuestos.

A pesar de que puso en duda la validez de las acusaciones, el abogado de Salazar sugirió que su cliente podría ofrecer pagar su factura de impuestos pendientes, informó El Mundo.

Los cargos contra Salazar y Umaña se presentan 10 meses después del arresto por robo de autos del ganadero Roberto “El Burro” Herrera, el tercer fundador del grupo de traficantes.

Análisis de InSight Crime

Durante años, el Cartel de Texis fue intocable, utilizando contactos de alto nivel en la política, en las fuerzas de seguridad, y en el sistema de justicia para evitar ser procesados por sus actividades ilegales.

Las primeras grietas en el muro de la impunidad comenzaron a aparecer con la detención de Herrera, quien ya se había escabullido de varios intentos de ser llevado a la justicia. Lo anterior estuvo seguido por el enjuiciamiento de otros socios del Cartel de Texis, a medida que los investigadores se acercaban más a Umaña, y a lo que podría llamarse el premio mayor, Salazar –Chepe Diablo.

En el momento del arresto de Herrera, funcionarios públicos dijeron a InSight Crime que el enjuiciamiento del cartel casi seguramente estaría centrado en dinero y no en drogas, diciendo: “Incluso si no encuentran rastros de cocaína, hay rastros de dinero en efectivo”- y este ha demostrado ser el caso.

Dadas las conexiones de alto nivel que han facilitado las actividades del Cartel de Texis durante muchos años, este último suceso de eventos será un motivo importante de preocupación para muchos agentes de poder salvadoreños. Si Salazar, Umaña y Herrera llegan al punto en que la prisión parece inevitable, podrían decidir llevar con ellos a funcionarios públicos corruptos.

Sin embargo, probablemente todavía falta recorrer mucho camino para llegar a este resultado, pues estos hombres cuentan con los recursos financieros para garantizar que este sea un proceso legal interminable. La extradición a Estados Unidos -donde la cooperación y no las conexiones son la única esperanza para una condena más indulgente- sigue siendo la mayor posibilidad de la divulgación completa de información por parte de alguno de los detenidos, pero todavía no se ha recibido una petición para ninguno de los casos.