Uno de los magnates hondureños acusados por las autoridades estadounidenses, Yani Rosenthal, habló publicamente para negar los presuntos nexos de su familia con el narcotráfico, en la lucha en curso de una de las familias más ricas y de mayor influencia política en Honduras por proteger su reputación.

En una entrevista con el diario El Heraldo, Yani Rosenthal, hijo del exvicepresidente Jaime Rosenthal Oliva, negó las acusaciones penales que las autoridades estadounidenses hicieron públicas el 7 de octubre. La divulgación de la acusación formal por lavado de dinero contra Jaime, su sobrino Yankel Rosenthal, Yani y un abogado asociado con la familia se dio apenas un día después de que Yankel fuera arrestado en Miami.

“El Grupo Continental ha operado por más de 80 años y la mayoría de los que conocen al grupo saben que en ningún momento hemos sido ni narcotraficantes ni lavadores de dinero”, declaró Yani, refiriéndose al conglomerado económico de los Rosenthal, uno de los mayores de Honduras.

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Rosenthal aseguró también que cualquier información suministrada a las autoridades de Estados Unidos por narcotraficantes extraditados en relación con actividades criminales de los Rosenthal es falsa, y que esas personas buscaban salvarse sí mismas. Yani no mencionó nombres específicos, pero en junio, su padre Jaime había comentado a InSight Crime que durante años los Rosenthal habían hecho negocios con los Cachiros, uno de los clanes del narcotráfico más grandes de Honduras. Los cabecillas de los Cachiros se entregaron a las autoridades estadounidenses en enero.

Además de la acusación formal, el Tesoro Estadounidense ingresó los nombres de Yani, Jaime y Yankel en su lista de “capos” de la droga, junto con varios de los negocios de los Rosenthal.

Análisis de InSight Crime

La abierta defensa de Yani puede ser una señal de lo que está en juego para él si las acusaciones contra su familia no se desmienten categoricamente.

Desde la noticia de la acusación formal no se ha prestado mucha atención a Yani, pues Jaime es la cabeza del negocio familiar y Yankel es el único miembro arrestado hasta ahora. Sin embargo, Yani, con una gran influencia política y económica ganada a pulso, puede ser quien más tenga que perder por esta situación.

Es muy probable que la acusación arruine cualquier aspiración política que Yani pueda haber albergado. Anteriormente sirvió en el gobierno del expresidente Manuel Zelaya, y no tuvo éxito en su participación en las elecciones presidenciales. 

También con toda seguridad las acusaciones tendrán un grave impacto en el Grupo Continental, que Yani dirige junto a su octogenario padre. Debido a su nueva condición de “capo”, los ciudadanos estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con Yani, Jaime o Yankel.