Un estudio anual de una de las instituciones líderes del mundo en el trabajo contra los delitos financieros ofrece un escalafón mundial de países en términos de sus niveles de riesgo de lavado de activos, que da idea del lugar que ocupan los países latinoamericanos en lo que respecta a este importante aspecto de la lucha contra el crimen organizado.

El escalafón del Instituto de Basilea sobre Gobernanza (Basel Institute on Governance) se deriva de un análisis de varios estudios importantes en el ámbito internacional en relación con varios factores que facilitan el lavado de activos, como la debilidad o la inexistencia de legislación contra el lavado de activos, la corrupción, y la falta de transparencia en relación con los flujos financieros.

Paraguay, Haití y Bolivia tuvieron los puntajes más altos, respectivamente, en Latinoamérica y el Caribe, lo que indica que tienen el mayor riesgo de lavado de activos. Colombia, en el puesto 125 entre 146 países estudiados en todo el mundo, es el país con menor riesgo de la región, según el índice, seguida de Chile y la pequeña isla de Dominica en el Caribe.

En términos de tendencias, ninguno de los países de Latinoamérica y el Caribe mejoró sus puntajes desde 2016. Pero cuatro países latinoamericanos se sitúan entre los diez países de todo el mundo que experimentaron el deterioro más sustancial en su puntaje de un año a otro. Jamaica exhibió la peor baja de todos los países del mundo, mientras que Perú, Ecuador y Trinidad y Tobago también exhibieron detrimentos importantes de sus resultados.

Análisis de InSight Crime

El índice del Instituto de Basilea ofrece una síntesis interesante de varios estudios sobre niveles de riesgo de lavado de activos en el mundo. Pero su metodología tiene algunos límites.

Por ejemplo, el estudio de Basilea informa que Perú integró la lista de los diez países con el peor deterioro en su calificación, debido a su inclusión en la lista del Departamento de Estado de Estados Unidos de los países que mayor inquietud plantean en un informe anual sobre lavado de activos divulgado a comienzos de este año. Sin embargo, funcionarios de Estados Unidos comentaron a InSight Crime que su decisión representó un cambio en la metodología del informe del Departamento de Estado, y no un deterioro real de la situación de lavado de activos en el país andino.

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La condición de Colombia como el país con el menor riesgo de lavado de activos de la región también puede causar sorpresa. El país está inundado de ganancias ilícitas de narcóticos y minería ilegal, entre otras economías criminales. En 2013, el jefe de la unidad de control de delitos financieros estimaba que en el país se lavaban anualmente US$18 mil millones, equivalentes al tres por ciento del producto interno bruto (PIB).

Pero el índice de Basilea no tiene en cuenta la cantidad estimada de activos lavados. En lugar de eso, la evaluación de los marcos jurídicos de los países y los mecanismos de gobierno representa el 65 por ciento del índice de Basilea, de lejos la categoría con mayor peso. Por consiguiente, lo más probable es que detrás de la clasificación de Colombia esté la fortaleza de su estructura contra el lavado de dinero y la financiación antiterrorista. De hecho, en 2013, aun cuando se creía que a la economía legal ingresaron miles de millones de dólares, el Fondo Monetario Internacional afirmó que Colombia tenía “un sistema fuerte” para combatir el lavado de dinero.