En los últimos diez años, Estados Unidos ha incluido en su lista negra a casi 20 estaciones de gasolina de México por sus vínculos financieros con el crimen organizado; sin embargo, una cantidad significativa de éstas sigue operando y tiene acuerdos de franquicia con la petrolera estatal Pemex.
Entre 2004 y 2014, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus iniciales en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos agregó a su la lista negra a 19 estaciones de servicio en México por lavar dinero de los grupos del crimen organizado, informó El Universal. Nueve de estas empresas continúan operando y tienen contratos con Pemex, según El Universal.
Un funcionario de la Secretaría de Hacienda de México le dijo a El Universal que la Unidad de Inteligencia Financiera —el organismo estatal encargado de investigar el lavado de dinero— abrirá una investigación sobre cualquier empresa señalada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Sin embargo, en caso de que en la evidencia presentada a la Procuraduría General no se encuentren irregularidades, las autoridades no podrán emprender acciones legales contra los negocios sospechosos.
Según El Universal, de las empresas vetadas por Estados Unidos, el 90 por ciento están ubicadas en los estados de Sinaloa o Jalisco. Todas las estaciones que siguen funcionando han sido vinculadas al Cartel de Sinaloa o al narcotraficante Rafael Caro Quintero, uno de los cofundadores del Cartel de Guadalajara en los años ochenta, quien fue liberado de una prisión mexicana en agosto de 2013 (vea el gráfico de El Universal a continuación).
Cuando una empresa es incluida en el listado de la OFAC, sus activos en Estados Unidos son congelados y se le prohíbe hacer negocios con empresas o ciudadanos estadounidenses.

Análisis de InSight Crime
Si bien la inclusión en la lista de la OFAC implica que se congelan los activos de las empresas en Estados Unidos, esto no impide que continúen operando en México. Sin embargo, sigue siendo responsabilidad de Pemex hacer una revisión exhaustiva de las estaciones de servicio que operan bajo su franquicia. El hecho de que casi la mitad de las estaciones de servicio en la lista negra de la OFAC desde 2004 todavía tengan contratos con Pemex sugiere que la petrolera estatal no está haciendo lo suficiente en cuanto a examinar o controlar sus franquicias.
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Es difícil entender por qué suprimir a las estaciones de servicio señaladas por Estados Unidos no está dentro de las prioridades de Pemex, teniendo en cuenta que estas empresas fachada están dedicadas al lavado de las ganancias de las mismas organizaciones criminales que le roban a Pemex, además de realizar otras actividades ilícitas. Pemex ha tomado otras medidas drásticas para abordar la problemática del robo de petróleo, como anunciar que dejará de enviar combustible completamente refinado a través de los más de 14.000 kilómetros de ductos que cruzan México. Sin embargo, descontaminar sus franquicias es otra medida que obviamente ayudaría a Pemex a combatir las pérdidas multimillonarias generadas por la delincuencia organizada.