Según las últimas cifras, el número de homicidios en Honduras se ha reducido durante el primer semestre de 2013, pero no lo suficiente como para afectar la reputación de Honduras como el país más peligroso del mundo.
Según los datos recogidos por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, hubo 2.929 homicidios durante los primeros cinco meses de 2013 –un 3,7 por ciento menos que los 3.043 asesinatos registrados durante el mismo período en 2012–.
La coordinadora del Observatorio de la Violencia de la Universidad, Migdonia Ayestas, dijo que algunos días hubo hasta 40 muertes violentas en todo el país, y que el promedio fue de 20 diarias, informó La Prensa.
En Tegucigalpa, el Observatorio registró 16 días sin homicidios en lo que va de 2013. El ejército registró menos días sin homicidios en la capital: nueve.
Según el recuento del Observatorio, sólo hubo dos días sin homicidios este año en San Pedro Sula –clasificada como la capital de homicidios del mundo durante los últimos dos años–, mientras que el Ejército de Honduras contabilizó tres, informó El Heraldo.
Análisis de InSight Crime
El Observatorio de la Violencia de la Universidad había predicho anteriormente que a finales de 2013, la tasa de homicidios se reduciría un seis por ciento en comparación con 2012. Aunque cualquier reducción en el número de homicidios en Honduras es bienvenida, incluso una caída del seis por ciento respecto al año pasado –el más violento de la historia– no hace mucho por ocultar la permanente crisis en el país.
Como parte de su estrategia de lucha contra el crimen, el gobierno de Honduras ha desplegado patrullas del ejército en las calles, en las partes más peligrosas de Tegucigalpa y San Pedro Sula. El ejército afirma que esto ha tenido un efecto dramático en los niveles de criminalidad en San Pedro Sula, a la vez que proporciona estadísticas que en cierto modo son imprecisas.
Tanto Tegucigalpa como San Pedro Sula son importantes centros de actividad de las pandillas, un importante contribuyente a la violencia del país. Aún no está claro qué efecto, si lo hay, tendrá un cese al fuego entre las pandillas, anunciado a finales de mayo –al parecer modelado después de la tregua entre las pandillas de El Salvador– sobre los niveles de violencia.