Una operación encubierta internacional terminó con el mayor decomiso de drogas que se haya hecho al grupo guerrillero colombiano ELN, un signo alarmante de que esta guerrilla mantiene el tráfico de drogas, a menos de dos semanas de la apertura oficial de sus diálogos de paz con el gobierno.
Las autoridades anunciaron el 25 de enero que una operación en la que participaron autoridades colombianas, estadounidenses y centroamericanas llevó al decomiso de casi 4 toneladas de cocaína.
La investigación arrojó que el cargamento se había estado preparando durante tres semanas bajo la supervisión del “Tío”, jefe del Ejército de Liberación Nacional (ELN) encargado de las finanzas de las rutas de narcotráfico en el Pacífico, suroccidente de Colombia. El Tiempo calificó este decomiso como el mayor cargamento de cocaína que se descubre del ELN hasta la fecha.
Los estupefacientes fueron enviados en lanchas rápidas desde el puerto de Tumaco, en el departamento de Nariño, a playas guatemaltecas y mexicanas, donde el Cartel de Sinaloa los esperaba. De la costa de México se incautaron de más de 2.800 kilogramos, en aguas costarricenses se interceptaron otros 756 kilogramos, y los casi 382 kilogramos restantes fueron captados por las autoridades salvadoreñas.
Un informe reciente reveló que cientos de civiles están huyendo por los enfrentamientos entre el ELN y la banda criminal Los Urabeños (conocida como “Clan del Golfo” por las autoridades) por el control del puerto estratégico de Tumaco que anteriormente controlaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en proceso de desmovilización.
Hablando sobre las actividades del grupo en la zona, un investigador de inteligencia penal de la policía declaró a El Tiempo que “en Tumaco, [el ELN] está librando la guerra territorial contra ‘Clan del Golfo’ por copar los espacios que dejaron las FARC”.
El ELN tiene previsto el inicio de negociaciones formales de paz con el gobierno el 7 de febrero.
Análisis de InSight Crime
El monumental decomiso reciente combinado con las denuncias de intentos del ELN por tomar el control de los antiguos territorios de las FARC sugiere que las actividades con drogas del grupo pueden ser ya sustanciales y estar creciendo. Esto podría resultar problemático para el control de las tropas que intenta ejercer el secretariado mayor y para los índices de disidencia en el contexto de los próximos diálogos de paz con el gobierno colombiano.
Según los cálculos de InSight Crime, una hectárea de cultivos de coca puede producir 7 kilogramos de cocaína anuales. El cargamento de 4 toneladas métricas indicaría que el ELN recogió pasta de coca de unas 570 hectáreas aproximadamente, y la denuncia de que se recogió el producto en tres semanas revela las capacidades logísticas del grupo.
Considerando los informes que indican que el grupo está tomando control de las operaciones que estaban bajo dominio de las FARC en Tumaco, el rol del ELN en el negocio de las drogas puede estar a punto de aumentar.
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Según el informe más reciente de la organización gubernamental Observatorio de Drogas de Colombia, la zona usada para cultivos de coca en el departamento Nariño casi se duplicó de unas 17.300 hectáreas en 2014 a cerca de 30.000 en 2015. Y Tumaco fue el municipio que más coca produjo en el país en 2015, con casi 17.000 hectáreas que representan 18 por ciento del total nacional.
La posibilidad de un incremento sustancial en los ingresos del ELN por narcóticos tiene implicaciones alarmantes a la luz de los diálogos de paz que se avecinan. El grupo ya enfrenta altos índices de deserción entre sus filas, y hay preocupaciones de pso por el grado del control que el secretariado ejerza sobre los distintos frentes del grupo guerrillero.
Si el ELN logra absorber las operaciones dejadas por las FARC, sus ingresos por el negocio de la droga pueden aumentar, lo que dará más incentivos financieros para la deserción de guerrilleros. Esto complicaría aún más los diálogos con el grupo, cuyo secretariado se esfuerza por presentar un frente negociador unido.