Un informe de inteligencia en Honduras al que tuvieron acceso los medios locales, documenta el grado de control que ejercen la MS13 y otras pandillas en los barrios del país en que operan.

Según un informe de inteligencia al que tuvo acceso El Heraldo, las pandillas controlan la vida diaria en los barrios en los que operan en Tegucigalpa, la capital del país, a través del establecimiento de toques de queda y forzando a los residentes a guardar silencio frente a sus actividades criminales. Al parecer las pandillas obligan a los residentes a hacer cambio de luces en sus automóviles para indicar que son de la zona antes de entrar al barrio, deteniendo a los vehículos –y en ocasiones asesinando a los ocupantes- que no lo hacen.

El Heraldo informó que la investigación también reveló que miembros de pandillas se han tomado los hogares de docenas de hondureños, forzándolos a huir a otros barrios e incluso a otros países. Adicionalmente, las pandillas obligan a niñas y mujeres jóvenes a trabajar como prostitutas, o a tener relaciones sexuales con miembros de la pandilla.

El informe también arroja luz acerca de la actividad de la pandilla la Mara Salvatrucha (MS13), cuyos miembros hondureños en gran medida han dejado la práctica de tatuarse. Según una fuente anónima de la policía consultada por El Heraldo, los tatuajes hicieron que los miembros de la MS13 fueran facilmente identificables para las autoridades judiciales y las pandillas rivales –quienes los capturan y torturan por información.

Análisis de InSight Crime

Honduras es el hogar de diferentes pandillas, incluyendo facciones de la MS13, de Barrio 18 –que tienen presencia regional- y de la pandilla callejera local de “Los Chirizos”. Las pandillas son un factor que impulsa las altas tasas de homicidios del país, que según datos de 2012 es la más alta de cualquier país del mundo por fuera de una zona de guerra.

Comparado con su vecino El Salvador –donde la MS13 es la pandilla dominante- el panorama criminal de Honduras está más fraccionado. En Honduras la pandilla Barrio 18 tiene una mayor presencia que la MS13, pero está dividida y ha sido desafiada por el grupo local Los Chirizos. A pesar de las divisiones, el informe de la policía ilustra el nivel en que las pandillas han usurpado la función del Estado de crear y ejecutar leyes en sus áreas de operación, y se suma a los informes previos de pandillas que han impuesto toques de queda en algunas partes de Tegucigalpa.

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El cambio de postura de la MS13 frente a los tatuajes también indica la habilidad que tiene la pandilla para adaptarse a las tácticas de las fuerzas de seguridad. Las maras también mostraron esta capacidad para evolucionar en respuesta a las fuertes leyes antipandillas durante la primera década del sXXI, construyendo vínculos con las comunidades locales y reclutando menos miembros en respuesta a las estrategias de las autoridades. 

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