El más reciente operativo de seguridad en el área urbana de Jamaica ha terminado con la captura de casi 200 sospechosos en un intento por “cauterizar” las crecientes tasas de inseguridad. Pero la agresiva estrategia puede ser contraproducente para la lucha contra el crimen organizado.

El 23 de enero, el ministro de seguridad nacional de Jamaica Robert Montague anunció que las autoridades habían hecho 197 arrestos en la comuna de St. James, donde se encuentra el centro turístico de Montego Bay, en una operación combinada entre policía y ejército luego de la declaracion del estado de emergencia pública la semana pasada, según información del Jamaica Gleaner.

Entre los arrestados, Montague anunció la captura de 10 buscados por delitos graves, como homicidio, y otros 83 de quienes se tienen “fuertes sospechas de que están conectados a las pandillas de la comuna”. Se detuvo a dos hombres requeridos por acusaciones penales en Estados Unidos y esperan ser deportados.

El estado de emergencia declarado en St. James dio a las fuerzas de seguridad la facultad de hacer arrestos sin orden judicial previa, lo que según dijeron algunos habitantes y expertos legales al Jamaica Gleaner ha dejado a reventar las cárceles locales, cuyas condiciones ya eran precarias. Algunos expertos legales también han cuestionado la lentitud de los tiempos de proceso y el acceso limitado a asesoría legal para los detenidos.

Luego de la oleada de arrestos, el ministro de justicia de Jamaica Delroy Chuck anunció la creación de un tribunal especial para atender las apelaciones de los detenidos bajo las facultades concedidas por el estado de emergencia, personalmente o mediante apoderados.

Pese a las críticas que en el pasado ha suscitado el uso de estados de emergencia, los funcionarios de gobierno afirman que la operación de St. James tuvo respaldo público.

“Pedimos respaldo de la población y estamos recibiendo un apoyo sin precedentes”, comentó Montague en comentarios divulgados por el Miami Herald. “Pedimos a la ciudadanía que nos siga llenando de información. ¡Dígannos dónde están las armas! Dígannos dónde están los pistoleros, los autores de fraudes con la lotería y los delincuentes”.

Además de los operativos en St. James, se efectuaron otras redadas en las comunas de St. Ann, St. Mary y Westmoreland, así como allanamientos selectivos en St. Catherine.

Análisis de InSight Crime

Mientras la situación de seguridad en Jamaica sigue deteriorándose en este inicio de 2018 luego de un pronunciado incremento de los homicidios el último año, la decisión del gobierno de redoblar las medidas de mano dura pueden exacerbar los problemas de la nación isleña con el crimen organizado.

El ministro de seguridad Montague ha admitido que la estrategia de declarar estados de emergencia “no es una panacea” o “curalotodo”. Antes bien, señaló que el despliegue de fuerzas de seguridad y las oleadas de arrestos “buscan cauterizar la situación, mientras se abre espacio para otras intervenciones sostenibles”.

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Pero en la práctica la ofensiva de seguridad lanzada a finales del año pasado se echó a perder con la implementación precipitada, en ocasiones basada en información poco fiable, que ha despertado dudas sobre su efectividad. Como lo informó InSight Crime, estos operativos también pueden estar desviando la atención de medidas importantes en prevención del crimen, como la iniciativa del país de decomisar las armas ilegales y brindar programas sociales para jóvenes en riesgo.

La ola reciente de arrestos en St. James señala preocupaciones adicionales, incluyendo el posible desbordamiento de prisiones y juzgados con la captura de jóvenes en altos números durante los operativos, lo cual podría dar lugar a que las temporadas en la cárcel de más jóvenes dé a las pandillas mayores oportunidades de conseguir nuevos reclutas.