Una serie de intrépidos atracos cometidos por bandas fuertemente armadas en Brasil indica que los criminales están aumentando su potencia de fuego y sofisticación, en medio de la constante crisis de seguridad.
El robo a un banco el 9 de marzo en el norte de Río de Janeiro por criminales armados con fusiles AK-47 y explosivos plásticos terminó en un tiroteo con las autoridades, según le dijo la policía local a O Dia. Después de usar explosivos para violar los cajeros automáticos, la banda disparó contra la policía y escapó. La práctica del uso de explosivos plásticos para detonar los cajeros automáticos se está extendiendo en todo el país, donde cada mes se está informando de varios casos.
Por otro lado, en las carreteras de Brasil los criminales están atracando camiones y vehículos blindados para el transporte de valores, como ocurrió el 5 de marzo en el estado de Alagoas, al nororiente del país, donde los criminales detuvieron y explotaron un camión blindado que transportaba dinero en efectivo. Vinicius Ferrari, jefe de la sección de robos bancarios de la policía, le dijo a Globo.com que los escoltas del vehículo se sintieron amenazados y acorralados cuando fueron atacados con armas de fuego de alto calibre y granadas. La empresa de seguridad responsable del transporte no ha dado detalles sobre la cantidad de dinero robado.
Como InSight Crime ha informado previamente, el robo a mano armada de bienes mientras son transportados es un problema creciente en todo el país. Según un informe de marzo de 2017 de un grupo comercial de Rio, esta tendencia se ha dado sobre todo en los estados de São Paulo y Río de Janeiro, donde se presentó la mayor parte de los robos de carga registrados en todo el país entre 2011 y 2016. Los robos en São Paulo aumentaron más del 40 por ciento entre 2011 y 2016, mientras que el número de robos en Río de Janeiro casi que se ha triplicado.
El grupo criminal más poderoso de Brasil, el Primer Comando Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), ha sido vinculado a una serie de intrépidos atracos tanto en Brasil como en el extranjero.
En abril de 2017, el grupo supuestamente realizó un atraco de tipo militar a una empresa de transporte en el municipio fronterizo de Ciudad del Este, Paraguay. Los atracadores se apoderaron de casi US$12 millones, el mayor robo de este tipo en la historia de Paraguay. Según se ha informado, el PCC también ha llevado a cabo robos de carga en Bolivia.
Análisis de InSight Crime
La creciente tendencia de las pandillas a ejecutar atracos a mano armada que antes se habrían considerado demasiado arriesgados indica que los grupos criminales de Brasil están aumentando su poder y sofisticación, un proceso que se puede acelerar dadas las dificultades del Gobierno para enfrentar la extendida crisis de seguridad.
Informes recientes indican que los grupos del crimen brasileños, como el PCC, están buscando obtener armas de mayor alcance, incluso adquiriéndolas en países con laxas regulaciones sobre armas, como Venezuela y Estados Unidos. Los datos de la policía muestran que el año pasado hubo un aumento del 33 por ciento en las incautaciones de armas en las fronteras del país.
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Además de adquirir mayor poder de fuego, los grupos criminales de Brasil también parecen estar buscando mejorar su capacidad para enfrentar tanto a las fuerzas de seguridad como a sus rivales, contratando a miembros retirados de las fuerzas militares especializadas para que les den entrenamiento en combate, según informó Estadão.
Los robos de carga también son frecuentes en otros países que luchan contra la presencia de poderosos grupos criminales, como México y países centroamericanos.