Los líderes de las pandillas de El Salvador confirmaron que han acordado reducir la violencia, lo cual plantea el escenario para una nueva guerra política sobre la dinámica de la tasa de homicidios en El Salvador.

En una declaración conjunta, los líderes de las pandillas más grandes de El Salvador, incluyendo la MS13 y Barrio 18, anunciaron que habían decidido iniciar una tregua el 17 de enero. Dijeron que, como resultado, la tasa de homicidios en El Salvador bajó de un promedio de 14 asesinatos al día a menos de cinco al día durante la semana siguiente al inicio de la tregua, lo cual incluye el primer día sin homicidios durante este año (dato que también fue confirmado por la policía).

Los líderes pandilleros dijeron que se comprometieron voluntariamente a llegar a este acuerdo, a pesar de lo que llamaron condiciones “no favorables”, con el fin de demostrarle al gobierno que “no se puede seguir obviando e ignorando que las ‘maras’ y las pandillas pueden ser una parte importante de la solución”. También señalaron que las pandillas comenzarán un “proceso serio de búsqueda de la paz” si el Estado y la sociedad civil también están dispuestos a participar.

Análisis de InSight Crime

Aunque los líderes de las pandillas se atribuyen el rápido descenso en los niveles de violencia, el gobierno ha permanecido firme en reiterar que “no negocia ni negociará” con las pandillas. Tanto las pandillas como las autoridades tienen sus propios intereses en juego, y es probable que en las próximas semanas ambas partes presenten dos interpretaciones muy diferentes de lo que sucede en El Salvador. Este complejo panorama de intereses contrapuestos dificultará en gran medida determinar el impacto real de las pandillas en la violencia —y quién cargará con la mayor responsabilidad en cuanto a la misma—.

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Por su parte, el gobierno probablemente minimizará el descenso de la violencia en el corto plazo, o quizá lo atribuya a sus propias iniciativas, aunque también puede enfrentar nuevas expresiones de violencia, como resultado de la tregua rota. En un ejemplo reciente, la policía atribuyó el asesinato de cinco obreros de carretera a rivalidades entre pandillas. Por su parte, en su última declaración, los líderes pandilleros culparon a los escuadrones de la muerte por una gran parte de la violencia en El Salvador y afirmaron que estos grupos operan con apoyo de entidades públicas y privadas.

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Como lo señaló InSight Crime anteriormente, el anuncio de esta nueva tregua parece particularmente oportuno, dadas las elecciones en El Salvador el próximo mes de marzo. El anuncio de esta tregua parece estar orientado a aumentar la influencia política de las pandillas y por lo tanto a obtener concesiones (como detener la transferencia de líderes pandilleros a prisiones de máxima seguridad). Las pandillas también pueden sentirse acorraladas por un gobierno cuyo jefe de policía les dijo recientemente a los policías del país que deben usar sus armas contra los criminales “con toda la confianza”.