El viceprimer ministro británico ha respaldado las declaraciones del presidente de Colombia, que afirman que la llamada “guerra contra las drogas” no está funcionando, un sentimiento compartido a largo de las Américas que podría ejercer presión sobre Estados Unidos para replantear la política de drogas.
Con respecto a la “guerra contra las drogas”, respaldada por Estados Unidos, el presidente Juan Manual Santos, dijo: “Infortunadamente podemos decir que no la hemos ganado, a pesar de que Colombia ha sido el país, por un lado, que más sacrificios ha hecho, que más sangre ha puesto”, informó EFE. Señaló que la amplia experiencia de Colombia en el combate contra el narcotráfico le da cierta autoridad en el tema de la política.
Santos ha estado cuestionando el actual régimen que gobierna la política de drogas, afirmando en 2011 que él aceptaría la legalización como estrategia, si fuera necesario, “para reducir la violencia que llega con el tráfico de drogas”.
Durante una reciente visita a Colombia, el viceprimer ministro británico Nick Clegg apoyó las opiniones de Santos, al decir que “nadie puede decir que estamos ganando la guerra contra las drogas”, respaldando así un nuevo enfoque, informó El Tiempo.
Análisis de InSight Crime
La suma del Reino Unido –uno de los principales aliados globales de Estados Unidos- a los crecientes llamados de reformar la política de drogas en Latinoamérica, podría representar un momento clave en el debate, si logra acelerar un cambio de política por parte de Estados Unidos. Ya otros expresidentes latinoamericanos y otras notables figuras políticas han firmado iniciativas para cambiar la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, mientras miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) han acordado debatir la actual política, y Uruguay recientemente aprobó una ley que regula la producción y venta de marihuana. Los llamados a buscar enfoques alternativos llevaron a la ONU a programar una cumbre especial sobre política de droga en 2016.
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Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en guerras contra la droga –con un enfoque significativo en Colombia y México- que han resultado en miles de muertes y abusos de Derechos Humanos, sin frenar el flujo de narcóticos. Mientras que Estados Unidos ha catalogado a Colombia como un ejemplo brillante, tan triunfante en esta “guerra” que ahora está entrenando y suministrando a otros países en la región, los comentarios de Santos resaltan cómo esta historia está rodeada por un elemento mítico. El panorama criminal del país ha cambiado, así como los actores clave, pero las organizaciones criminales como los Urabeños continúan siendo fuertes, violentas y siguen ganando millones de dólares del narcotráfico.
Estados Unidos ya ha comenzado a revisar su propio enfoque sobre la política de drogas, para centrarse en la prevención y el acceso al tratamiento, pero mientras sus socios principales continúen pidiendo alternativas, Estados Unidos podría verse obligado a tomar un papel más receptivo y protagónico en la discusión global.