La organización criminal más prominente de Colombia, Los Gaitanistas, ha reclamado públicamente la responsabilidad en el gran descenso de los asesinatos en Medellín en 2013, desafiando las afirmaciones de las autoridades de la ciudad de que las fuerzas de seguridad están detrás de la disminución.
La afirmación de Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), se hizo en un folleto que se distribuyó a lo largo de la Comuna 8 -un distrito oriental que es un caldo de cultivo de la violencia de las pandillas- en medio de una caída del 26,5 por ciento de los asesinatos entre 2012 y 2013, informó El Espectador. Los asesinatos cayeron de 1.249 a 920 durante ese período, según este diario.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfil de los Urabeños
La disminución en el número de asesinatos se produce sólo unos meses después de un pacto acordado entre las AGC y la Oficina de Envigado, un grupo criminal rival, cuyas diversas pandillas callejeras aliadas operan en gran parte de la ciudad.
Sin embargo, mientras que el número de asesinatos se ha desplomado, las desapariciones han aumentado, con 582 casos registrados sólo en noviembre de 2013, en comparación con los 521 casos registrados en todo el año 2012, informó El Colombiano.
Análisis de InSight Crime
Las autoridades locales de Medellín se han negado a reconocer el pacto entre las AGC y la Oficina, afirmando que los logros en la seguridad, evidenciados por la caída de los homicidios, son el resultado de acciones exitosas por parte de la policía contra los grupos criminales de la ciudad.
Sin embargo, la versión que presentan las AGC es mucho más creíble. Cuando las dos partes estuvieron en conflicto y libraron una guerra a través de los representantes de las pandillas callejeras, las autoridades parecieron incapaces de contener la violencia y brindar seguridad a la ciudad. Por el contrario, desde que el pacto fue firmado en julio, la tasa de homicidios se ha reducido drásticamente. En noviembre, la alcaldía anunció que octubre de 2013 tuvo el menor número de homicidios en 30 años.
La premisa del pacto, hay que señalar, no era llevar la paz a la ciudad, sino para permitir que los grupos criminales se centraran en hacer dinero en lugar de luchar entre sí. Esto también parece estar funcionando, ya que los residentes se quejan del incremento en otros delitos como la extorsión.
VEA TAMBIÉN: Perfil de la Oficina de Envigado
Pero el pacto también rinde dividendos políticos claros. Y, a diferencia de la Oficina de Envigado, a las AGC les gusta mantener la apariencia de que son una organización política al estilo de sus predecesores paramilitares, capaces de reemplazar al Estado cuando éste falla.
Sin embargo, incluso mientras se habla de paz, el grupo criminal puede también estar sentando las bases de conflictos futuros: la misiva no hace mención específica de la Oficina, lo que podría sugerir que las AGC se ven a sí mismos como el socio dominante en la relación e incita a una nueva ronda de combates para esta ciudad.