Los funcionarios de El Salvador han atribuido la baja sostenida en la tasa de homicidios de este país devastado por la violencia, a las medidas de fuerza implementadas por el gobierno contra las pandillas, pero es demasiado pronto para confirmar esta relación de causa o para predecir la duración de la mejoría.

Howard Coto, director de la Policía Nacional Civil (PNC) anunció las bajas en las tasas de homicidios durante una conferencia de prensa el 7 de junio.

Coto afirmó que los homicidios cayeron de un promedio de 23,8 al día en enero a un promedio diario de 11,3 en mayo. Los homicidios bajaron gradualmente en los primeros cinco meses del año, registrando una tasa de 22,9 por día en febrero, 19,7 en marzo, y 11,7 en abril. Añadió que las cifras para la primera semana de junio indicaron que la tendencia a la baja se mantendrá, con un promedio de 7 diarios.

La Prensa Gráfica informó que el número total de homicidios para los primeros cinco meses de 2016 fue de 2.705. Hasta ahora la tendencia anual representa un cambio radical de la tendencia al alza registrada desde comienzos de 2015, que tuvo un aumento promedio en los homicidios diarios de 10,8 en enero a 20,7 en mayo.

Las estadísticas de baja en los homicidios se presentan en medio de la continuación de las políticas de seguridad de “Mano Dura” en El Salvador. A comienzos de abril, el gobierno promulgó un paquete de “medidas extraordinarias” diseñado para combatir a las poderosas pandillas callejeras o “maras” del país, en particular la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18. Las medidas apuntan a la capacidad de los cabecillas en la cárcel de operar con efectividad desde el encierro.

Además, el gobierno creó una nueva fuerza de respuesta rápida antipandillas, aprobó reformas legales para reclasificar los crímenes de las pandillas como actos de terrorismo, y anunció recientemente el despliegue de 400 reservistas adicionales de las fuerzas armadas para afrontar la inseguridad en la ciudad capital de San Salvador.

El ministro de seguridad Mauricio Ramírez Landaverde dijo que las nuevas medidas de seguridad han contribuido directamente a reducir la tasa de homicidios, informó La Prensa Gráfica.

Análisis de InSight Crime

Si bien las tendencias a la baja en los homicidios son una señal positiva, la situación general de seguridad en El Salvador sigue siendo grave. El país sigue asolado por la violencia criminal, y no hay claridad sobre la efectividad de la estrategia agresiva del gobierno.

La militarización del conflicto de las pandillas también ha suscitado preocupaciones sobre las violaciones a los derechos humanos, con la notificación de cálculos de bajas desiguales en lo que las fuerzas de seguridad describen como enfrentamientos con pandillas criminales.

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El descenso más pronunciado en los índices diarios de homicidios se dio en abril, luego de que los jefes de las bandas ordenaran a sus miembros que detuvieran los asesinatos en un intento infructuoso de disuadir al gobierno de la implementación de medidas extraordinarias. En sus declaraciones siguientes en público, los representantes de las pandillas se han atribuido el crédito por la menor tasa de muertes violentas, y amenazan con una arremetida en la violencia si el gobierno persiste en su política inflexible.

Sin embargo, aún no se sabe qué es precisamente lo que causó el descenso en el índice diario de homicidios y si se mantendrá o no esa reducción.

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