Un presunto enfrentamiento entre los grupos criminales los Rastrojos y los Urabeños ha dejado un saldo de ocho muertos en la frontera entre Colombia y Venezuela, que de ser cierto, podría sugerir que la lucha de poder entre las dos organizaciones en esta región continúa tan intensa como siempre.

El 10 de noviembre, Luis Eladio Pérez, el embajador de Colombia en Venezuela, confirmó que durante el fin de semana ocho personas habían sido masacradas en el estado fronterizo venezolano de Zulia, informó Blu Radio. Los informes iniciales fueron mixtos en cuanto a la cantidad de muertos y a la identidad de los perpetradores y las víctimas.

Según La Nación de Venezuela, una fuente no identificada vinculada a la investigación de la masacre dijo que los muertos eran miembros de los Rastrojos y los autores de los Urabeños. La policía en el estado venezolano de Táchira dijo que entre las víctimas se encontraba un comandante de los Rastrojos y su lugarteniente, informó La Nación.

Fuentes policiales señalaron de manera extraoficial que se pensaba que las víctimas eran miembros de las Águilas Negras -otro grupo criminal colombiano- o de los Rastrojos, que extorsionan a los agricultores de la región, informó El País.

Blu Radio informó que las autoridades venezolanas continúan trabajando para establecer si las víctimas y los autores son miembros de estos grupos criminales.

Según El País, algunas de las victimabas presentaron señales de tortura y múltiples heridas de bala. Mientras tanto, dos cadáveres decapitados fueron encontrados cerca de la zona.

Cinco de los muertos han sido identificadas como ciudadanos colombianos, informó El Tiempo.

Análisis de InSight Crime

A pesar de que los acontecimientos alrededor de la masacre aún no son claros, no sería la primera vez que grupos criminales colombianos se enfrentan en la frontera venezolana. Es bien sabido que tanto los Rastrojos como los Urabeños tienen una presencia significativa en la región fronteriza de Venezuela y que se han disputado el territorio durante varios años. Los Rastrojos llegaron a ser la más poderosa BACRIM (de “bandas criminales”) de la región, pero el grupo ha estado en declive desde que sus principales líderes fueron capturados en 2012. Por su lado, los Urabeños han conseguido una significativa base de poder en la zona fronteriza, con campamentos de entrenamiento en Venezuela y presuntamente reclutando ciudadanos venezolanos en sus filas.

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Las BACRIM son conocidas por operar en los estados fronterizos de Venezuela, incluyendo Zulia, Apure y Táchira -donde otra masacre atribuida a las BACRIM ocurrió a principios de este año. La región fronteriza es altamente estratégica para los contrabandistas y los narcotraficantes que buscan controlar las rutas que pasan a través de Venezuela, el principal epicentro de tránsito para la cocaína colombiana.