Una semana después de sobrevivir a un ataque con granadas, el nuevo “Zar de las Esmeraldas” de Colombia ha sido detenido por tener vínculos con el crimen organizado y el tráfico de armas, en lo que podría ser una operación destinada a evitar una guerra, al capturar a uno de sus principales protagonistas.
El barón de las esmeraldas Pedro Nel Rincón, mejor conocido como “Pedro Orejas”, fue detenido el 20 de noviembre en una finca de su propiedad en la montañosa subregión del occidente de Boyacá –aproximadamente a 160 kilómetros al norte de la capital, Bogotá– donde se concentra el lucrativo comercio de esmeraldas de Colombia.
Según El Tiempo, Rincón fue arrestado después de que se encontrara un arsenal de armas en una de sus minas, incluyendo rifles vinculados con los paramilitares y armaduras pertenecientes a la alcaldía del municipio de Bello –una ciudad satélite de la segunda ciudad más grande de Colombia, Medellín–.
En el día de su arresto, Rincón tenía previsto reunirse con otros barones esmeralderos y el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, para discutir sobre el mantenimiento de la paz entre los esmeralderos, informó El Espectador. Su arresto se produce poco más de una semana después de que fuera blanco de un ataque con granadas, el cual causó la muerte de cuatro personas y dejó gravemente herido al hijo de Rincón.
A principios de esta semana, el presidente colombiano Juan Manuel Santos ordenó a Pinzón, así como sus ministros del Interior y Minas, para establecer una presencia en la región y evitar la amenaza de una llamada “guerra verde” entre los barones de las esmeraldas que luchan por el control de este comercio.
Análisis de InSight Crime
Las tensiones han surgido entre el puñado de familias que controlan desde hace algún tiempo el comercio de las esmeraldas en el país, y han ido aumentando desde la muerte en abril del tradicional agente de poder de la industria: Víctor Carranza. En los años setenta y ochenta, la lucha brutal entre los hombres armados contratados por los grandes esmeralderos –las llamadas “guerras verdes”– dejó 6.000 personas muertas, hasta que Carranza surgió como el eje central de un acuerdo de paz de 1991, el cual duró hasta su muerte.
A medida que empeoró la salud de Carranza, la paz comenzó a fallar y el “Zar de las Esmeraldas” acusó públicamente a Rincón de haber participado en una serie de intentos de asesinato contra él en los últimos años. Desde su muerte se han llevado a cabo varios ataques, incluyendo aquellos en contra de los aliados de Carranza; sin embargo, el ataque con granadas contra Rincón fue el de más alto perfil y provocó una oleada de informes acerca de un inminente estallido de guerra después de que Rincón acusara públicamente a varios rivales de su participación en el ataque.
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Si bien muchos de los barones esmeralderos han sido señalados de tener vínculos con los paramilitares y el narcotráfico, Rincón ha sido históricamente ligado a –entre otros– los conocidos jefes paramilitares Carlos Castaño y Olivio Pedro Guerrero, alias “Cuchillo”, al igual que el ahora extraditado narcotraficante Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”.
Aunque la veracidad del depósito de armas está en duda, los esmeralderos de la región son conocidos por emplear hombres armados y probablemente tienen un suministro de armas, por lo que la detención de Rincón puede ser un intento de las autoridades para evitar el conflicto al poner tras las rejas a un actor clave de la industria, que tiene un poderoso motivo de venganza.