Expertos afirman que las pandillas jamaiquinas están redoblando sus esfuerzos por enrolar a estudiantes bachilleres en sus filas, una señal de que las escuelas actúan muchas veces como campos de reclutamiento para grupos del crimen organizado.

Un panel reciente organizado por el Jamaica Gleaner analizaba las razones por las que muchos estudiantes son propensos a ser reclutados por las pandillas.

“Chicos jóvenes, en particular, encuentran en la pertenencia a una pandilla algo que les falta en su ambiente familiar. Encuentran respeto y se les da propósito”, explicó el antropólogo y catedrático de la Universidad de West Indies Dr. Herbert Gayle.

“Cuando hay un hecho violento, quizás mataron al padre o la madre y el niño o niños quedaron huérfanos, no hay nadie”, observó Berthlyn Plummer, integrante de una organización de la sociedad civil creada por el gobierno conocida como Peace Management Initiative.

“Después del deslumbramiento inicial cuando todos muestran interés, los medios, ese niño o niños, dejan de ir a la escuela o asisten irregularmente. Algunas veces no tienen dónde vivir. Lo siguiente mejor que les pasa en la comunidad es, tal vez, la pandilla. El jefe de la pandilla puede darles algo de desayuno o cena”, continuó Plummer.

Aunque algunos estudiantes dejan la escuela para unirse a las pandillas, otros han formado pandillas dentro de las instalaciones escolares. Las autoridades jamaiquinas expresaron preocupación por el aumento de pandillas estudiantiles en los establecimientos de educación secundaria, en especial en las divisiones de St. Catherine Norte y Sur, informó RJR News en diciembre de 2016. Estas pandillas estudiantiles por lo general están relacionadas con grupos criminales que operan en el área y pueden presentarse conflictos entre pandillas rivales dentro de los terrenos de la escuela.

Según la comisionada interina de policía, Novelette Grant, en 2016 Jamaica tenía 258 pandillas criminales. De los 1.350 homicidios cometidos ese año en el país, el 65 por ciento tuvo relación con estos grupos del crimen organizado.

La Unidad Nacional Estratégica Antipandillas realizó operativos contra 20 pandillas en 2016, y arrestó a 356 pandilleros en 2016.

Análisis de InSight Crime

Se sabe que los colegios son campos de reclutamiento para los grupos del crimen organizado en toda Latinoamérica y El Caribe. Dado que los jóvenes tienen posibilidades de recibir sentencias más indulgentes si son atrapados cometiendo un delito, constituyen una forma atractiva de mano de obra de bajo costo y bajo riesgo para las redes criminales en la región.

En Jamaica, por lo general se emplea a los jóvenes como “transportadores”, es decir, “personas que se desplazan con artículos ilícitos, sean armas de fuego, municiones, etc.”, declaró el asistente del comisionado Clifford Chambers a RJR News. De manera similar, en México, los carteles de la droga han usado a niños entre 11 y 17 años para traficar narcóticos ilegales, según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).

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Entre más jóvenes los reclutas, más fácil es manipularlos. Se sabe que las pandillas de la ciudad hondureña de San Pedro Sula reclutan a niños de preescolar y amenazan a los niños que se rehúsan a trabajar con ellos. En El Salvador, el número de niños que desertan de la escuela por amenazas de pandillas se triplicó de 13.000 en 2014 a 39.000 en 2015.

Sin embargo, como lo reflejan los comentarios del Dr. Gayle, aún se considera el trabajo para los grupos criminales como una vía para alcanzar un ascenso social, pues los grupos ilegales muchas veces ofrecen a los menores un sentimiento de autoestima, así como la seguridad física y material que sus familias no pueden brindarles.