Un reciente informe de un diario describe cómo una estrategia gubernamental concebida para combatir la tala ilegal en Brasil —con la creación de zonas especiales donde las compañías privadas puedan talar madera de tierras protegidas— presenta deficiencias.

 Cómo lo reportó Folha, desde 2006, el gobierno brasileño les ha permitido a las compañías privadas talar madera tropical de forma sostenible en ciertas áreas de los Bosques Nacionales de Brasil. Esta política pretendía disuadir a leñadores ilegales de operar en estas zonas de concesión.

Sin embargo, el informe afirma que el mercado para la madera talada de manera sostenible sigue siendo minúsculo en Brasil; la mayoría de la madera termina siendo exportada hacia Europa. Una empresa maderera brasileña estima que cerca del 70 por ciento de la madera comerciada dentro de Brasil fue obtenida ilegalmente. A esta se le da una certificación falsa de legalidad o se vende en mercados ilegales donde nadie verifica los documentos requeridos.

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Hasta el momento, la decisión del gobierno de crear estas zonas de concesión no ha logrado crear un mercado maderero legal de tala sostenible, indica el informe de Folha. La madera tropical por lo general se vende a 150 reales brasileños (cerca de US$39) por metro cúbico, frente a los 70 reales (cerca de US$18) que cuesta la madera plantada.

No obstante, para el 2022, el gobierno brasileño desea que el 40 por ciento de toda la producción de madera en el Amazonas provenga de concesiones privadas en Bosques Nacionales. Actualmente esa cifra se encuentra en el uno por ciento, según Folha.

Análisis de InSight Crime

El tráfico de madera es conocido por alimentar la violencia y el crimen en Brasil—cientos de activistas ambientales han sido asesinados en el país, muchos de los cuales tienen su causa en la tala ilegal. Pese a que las tasas de deforestación están disminuyendo en Brasil, la tala ilegal sigue representando gran parte del problema junto con la minería y la ganadería.

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Brasil ha tomado otras acciones para combatir la tala ilegal, incluyendo la creación de una nueva fuerza especial a principios de este año, así como el uso de drones. Sin embargo una de las conclusiones del informe de Folha es que Brasil podría hacer más para inspeccionar el origen de la madera, dada la facilidad con la que los traficantes falsifican las certificaciones. Como se expuso en un informe de Greenpeace de 2014, la madera ilegal brasileña generalmente se “lava” de varias formas, incluyendo la creación de documentos falsos.

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2 respuestas a “Políticas en Brasil se quedan cortas en combate a tráfico de madera: Informe”