El pequeño margen de victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de Venezuela, plantea la cuestión de la eficacia con que será capaz de hacer frente a la situación de seguridad y el crimen en el país.
Según el recuento publicado por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), Maduro ganó 50,66 por ciento de los votos, frente a 49,07 por ciento de su oponente, Henrique Capriles. Capriles ha exigido un recuento.
La falta de apoyo público de Maduro, en comparación con la gran popularidad de su antecesor, Hugo Chávez, podría presentar problemas en su intento de establecer políticas de seguridad, sugirieron algunos analistas, con la seguridad y el crimen siendo los principales temas de la agenda.
Análisis de InSight Crime
Las tasas de crímenes violentos aumentaron durante el mandato de Chávez, haciendo de Venezuela uno de los países más peligrosos del mundo, y la seguridad ciudadana fue un tema principal en las últimas dos campañas presidenciales.
Maduro anunció al comienzo de su campaña que luchar contra el crimen sería una prioridad personal, marcando un contraste con Chávez, quién no hizo de la seguridad uno de sus objetivos principales. Maduro ha seguido en gran medida la retórica de su predecesor en el tema, culpando al capitalismo y a los medios de la oposición por la criminalidad. No obstante, el crimen y la violencia son también impulsados en Venezuela por los altos niveles de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad – agravado por el crecimiento del narcotráfico internacional – la abundancia de armas de fuego, la falta de una política coherente, una política de seguridad sostenida y el débil sistema judicial.
En su etapa como presidente interino, Maduro ha supervisado la introducción de un nuevo plan de desarme voluntario y también ha anunciado una nueva Gran Misión a Toda Vida Venezuela, bautizada por Chávez, que prevé la creación de grupos artísticos, deportivos y educativos en los 79 municipios de mayor criminalidad en el país, ??con el objetivo de utilizar la cultura para provocar un “renacimiento del ser humano”. Esto sigue la política de Chávez, quien supervisó al menos 19 planes de seguridad diferentes, mientras que los niveles de criminalidad siguieron aumentando.
Maduro también ha declarado que la policía debe ser “un instrumento para la construcción del socialismo”, lo que sugiere que la politización de las fuerzas de seguridad continuará bajo el nuevo presidente.
En el período previo a las elecciones, varios comentaristas sugirieron que, a diferencia de Chávez, cuyo carisma y apoyo popular abrumador le permitió desviar la culpabilidad de la espiral de inseguridad, el electorado puede ser más crítico de Maduro. Su victoria sorprendentemente estrecha indica que el nuevo presidente está de hecho en una posición vulnerable, y que el tema de la seguridad ciudadana podría ser crucial para determinar el éxito o el fracaso de su presidencia.