Los grupos criminales están robando cargas comerciales que transitan por el Triángulo Norte de Centroamérica, lo cual ilustra los impactos negativos que la inseguridad en la zona está teniendo en el comercio regional.

Un reciente informe del medio de noticias nicaragüense El Nuevo Diario se adentra en el tema de los robos en las carreteras de los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), centrándose particularmente en la situación de los trabajadores nicaragüenses en el sector del transporte comercial.

Marvin Altamirano, presidente de la Asociación Nicaragüense de Transportistas (ANT), le dijo a El Nuevo Diario que la mitad de los conductores de Nicaragua se han negado a transportar cargamentos a través del Triángulo Norte debido a la situación de inseguridad, lo que ha dado como resultado pérdidas por unos US$5 millones al mes.

Según Altamirano, 67 conductores nicaragüenses han sido asesinados durante robos en las autopistas en los últimos seis años.

Un conductor nicaragüense que se negó a viajar al Triángulo Norte dijo que fue retenido por presuntos pandilleros en El Salvador. Los sospechosos amenazaron al conductor con un arma, lo obligaron a bajar de su camión, y se escaparon con el cargamento de semillas de ajonjolí que él transportaba.

Altamirano dijo que los costos de la inseguridad provienen no sólo de las pérdidas sufridas por el robo de los cargamentos, sino también de las medidas de seguridad adicionales que las empresas de transporte han tenido que adoptar.

El presidente de la ANT dijo que los dispositivos de seguridad y los sistemas de vigilancia le han costado a la industria del transporte decenas de millones de dólares durante la última década, y que el acompañamiento de guardias de seguridad para los conductores puede valer desde US$100 hasta US$1.500 por trayecto.

Los mayores controles de seguridad en las fronteras de los países del Triángulo Norte también han significado una carga adicional para las compañías de transporte, dijo Altamirano.

Análisis de InSight Crime

Además de contribuir a los altísimos niveles de violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras, la actividad criminal en el Triángulo Norte también ha afectado negativamente a las economías de estos países. Se estima que los grupos criminales en la región, particularmente las pandillas, obtienen decenas de millones de dólares cada año extorsionando a una amplia gama de negocios, entre ellos a las empresas de transporte, a menudo con la complicidad o la activa participación de agentes de seguridad corruptos y, en ocasiones, de los empleados.

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El robo de los cargamentos comerciales representa una lucrativa fuente de ingresos para los grupos criminales y trae consecuencias económicas perjudiciales. Y no sólo afecta a los cargamentos que se transportan al interior del Triángulo Norte o entre estos países. Vehículos de transporte que simplemente pasan por la región también han sido blanco de los robos. Según El Nuevo Diario, las autoridades de Guatemala recientemente descubrieron pruebas de un robo de un camión que transportaba implementos escolares de México a Nicaragua.

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