El arresto reciente de dos presuntos narcotraficantes guatemaltecos vinculados a Antonio “Tony” Hernández, el exdiputado hondureño condenado por narcotráfico en Estados Unidos, arroja nuevas luces sobre la influencia del Cartel de Sinaloa en la política de Honduras y en el mapa del narcotráfico centroamericano de esta década.

Los primos Otto y Ronald Salguero se entregaron a autoridades estadounidenses y su aparición como acusados de narcotráfico en una corte del Distrito Sur de Nueva York (Southern New York District-SDNY) está programada para los próximos días, según un reporte de Univisión.

El 17 de diciembre de 2019, el Departamento de Justicia acusó a los primos Salguero y a otras dos personas de formar parte de la red de narcotráfico encabezada en Honduras y Guatemala por Tony Hernández, hermano del presidente hondureño Juan Orlando Hernández.

Según el SDNY, los Salguero conspiraron “con funcionarios hondureños corruptos a los que sobornaban para facilitar la importación a Estados Unidos de grandes cantidades de cocaína del Cartel de Sinaloa”.

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Entrevistas hechas por los fiscales estadounidenses a un testigo en el proceso contra el exdiputado hondureño también dan cuenta de que los primos guatemaltecos estuvieron presentes en una reunión en la que Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo y líder histórico de Sinaloa, entregó a Tony Hernández US$1 millón para financiar la campaña presidencial de su hermano Juan Orlando.

El presidente Hernández y su entorno han negado en repetidas ocasiones cualquier vínculo con el narcotráfico o con el Cartel de Sinaloa, y han dicho que las acusaciones vienen de narcotraficantes a los que el gobierno hondureño ha perseguido y a quienes Estados Unidos ha utilizado como testigos en varios procesos judiciales.

Estas nuevas referencias a los hermanos Salguero y al Cartel de Sinaloa en los expedientes judiciales del SDNY, sin embargo, vuelven a poner el foco en los hermanos Hernández y en su supuesta relación con el grupo que fundó El Chapo.

Análisis de InSight Crime

Los primos Salguero pueden ser dos de las piezas más importantes para completar el mapa de la operación internacional de narcotráfico que Tony Hernández y otros manejaban desde el Triángulo Norte de Centroamérica con el Cartel de Sinaloa.

En 2011, el nombre de Otto Salguero apareció por primera vez en la prensa guatemalteca cuando 27 campesinos fueron asesinados en una de sus propiedades en el norteño departamento de Petén, en el corazón de una ruta entonces en disputa entre Los Zetas, Sinaloa y grupos locales. Aquella masacre antecedió al reacomodo de los grupos de narcotráfico en Guatemala, según una investigación de InSight Crime.

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Entonces, autoridades guatemaltecas relacionaron la masacre con venganzas entre los grupos de narcotráfico que se disputaban Petén, según consignó Prensa Libre.

Tras los cambios en el mapa del narcotráfico guatemalteco a principios de la década, que estuvieron marcados por la fallida incursión de Los Zetas, diversos grupos locales han tenido contactos con el Cartel de Sinaloa, cuya operación se mantuvo vigente y saludable tanto en Guatemala como en la fronteriza Honduras, según varios de los testimonios y documentos anexos al proceso contra Tony Hernández.

Consta, en esos expedientes, además de la posible conexión de los primos Salguero con El Chapo y los Hernández, que otros operadores hondureños como el exalcalde Alexander Ardón o los líderes de la familia Valle —también presos en Estados Unidos— han sido parte de la ya longeva relación entre Sinaloa y Centroamérica.