La banda criminal más poderosa de Colombia, Los Gaitanistas, se está lanzando sobre el lucrativo negocio de las esmeraldas, buscando tomar el control del comercio de la piedra preciosa y del potencial del lavado de dinero de esta industria poco regulada.
El plan fue revelado después de que la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL (DIJIN) de Colombia comenzara a investigar el asesinato de Víctor Ramírez, ocurrido en enero, un abogado que representaba al encarcelado capo esmeraldero, Pedro Nel Rincón, alias “Pedro Orejas”.
Según Semana, el asesino responsable -quien fue capturado poco después del crimen- comenzó a cooperar con las autoridades después de que su cómplice, quien había logrado escapar previamente, fuera asesinado semanas más tarde, aparentemente para proteger a las personas que ordenaron el crimen.
La investigación encontró que Óscar Murcia, hermano del barón de las esmeraldas, Luis Murcia Chaparro, alias “Pequinés”, había ordenado el ataque y que los hermanos habían llegado a un pacto con Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), con el fin de continuar su violenta rivalidad con Rincón.
Se empezó a notar que Murcia, quien fue detenido por su participación en el crimen a finales de marzo, había estando haciendo numerosos viajes al bastión de las AGC en Urabá, en el noroeste de Colombia, así como había tenido reuniones con el miembro clave de las AGC Yoni Cano, alias “Llanero”, quien también fue capturado a finales de marzo.
Posteriormente, la alianza fue vinculada con un ataque con granadas contra Rincón, que tuvo lugar en noviembre, el cual dejó a su hijo muerto.
Análisis de InSight Crime
El aparente afán de las AGC por establecer su influencia en la región productora de esmeraldas de Colombia tiene sus antecedentes, con el Cartel de Medellín lanzando un fallido intento para entrar en la zona en los años ochenta, atraído por el potencial de lavado de dinero de las gemas verdes.
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Esa sangrienta incursión impulsó las llamadas “guerras verdes”, con ejércitos privados contratados por los barones de la gema repeliendo a los invasores y luchando entre ellos mismos, dejando miles de muertos.
El ganador de la guerra verde, Víctor Carranza, quien era conocido como el “Zar de las Esmeraldas”, mantuvo la paz después de eso. Sin embargo Carranza murió en abril de 2013, dejando un vacío de poder que desató temores de una nueva guerra verde.
Rincón, quien fue el principal rival de Carranza y quien fue vinculado a varios atentados contra su vida, ha sido, quizás prematuramente, nombrado el “nuevo Zar de las Esmeraldas”. Sin embargo, los ataques en contra de él y de sus aliados demuestran que no tiene la misma influencia que Carranza.
Con Rincón encarcelado y las AGC fijando aparentemente sus ojos en la región, es probable que la violencia se intensifique aún más.