Durante los últimos tres años en Veracruz, estado de México, se han despedido a 3.500 agentes de policía, como resultado de los extensos esfuerzos por destruir los profundos lazos entre la policía y el crimen organizado.
De los miles de policías despedidos en Veracruz, 37 oficiales se encuentran actualmente en juicios por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, informó La Jornada.
El secretario de seguridad pública de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita, dijo que anteriormente la policía de Veracruz “servía a otros intereses”, entre ellos “la delincuencia organizada, llámese cartel del Golfo, de Jalisco o los Zetas”. Ahora, dijo “hay un ambiente diferente, de mucha mayor seguridad, que hemos creado”.
Bermúdez aseguró, sobre los policías detenidos, que las autoridades saben “quiénes son, dónde están y qué hacen”, y aseguró que el trabajo de los agentes bajo su mandato sería transparente.
El secretario también reconoció que delitos como secuestro, extorsión y robo de ganado suceden con frecuencia en Veracruz, pero afirmó que el nivel de incidencia de ellos está disminuyendo -aunque no presentó cifras que lo respaldaran.
Análisis de InSight Crime
Aunque históricamente Veracruz no ha sido considerado como uno de los estados más violentos de México, su larga costa lo hace atractivo para los carteles de droga, que durante mucho tiempo han controlado territorio en el estado con la ayuda de la policía y de funcionarios corruptos.
El estado, una vez dominado por el Cartel del Golfo, pasó al dominio del brazo armado de los disidentes del cartel, los Zetas. En 2011, el entonces presidente Felipe Calderón dijo que “Veracruz se dejó en manos de los Zetas”.
La infiltración de los Zetas en la policía llegó a ser tan penetrante que en 2011, funcionarios del gobierno despidieron a 980 policías estatales de Veracruz, así como a toda la fuerza policial de la ciudad de Veracruz, a unos 800 funcionarios y a 300 individuos del personal administrativo.
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Desde entonces, el gobierno mexicano ha intentado reformar a la policía, sometiendo a los oficiales a pruebas de confianza, que incluyen el polígrafo y pruebas de drogas. A pesar de las reformas, la reciente participación de la policía de Veracruz en el asesinato de un cantante mexicano, demuestra cómo pese a los procedimientos de investigación que han llegado a despedir a miles de agentes, no han tenido éxito en acabar con la corrupción por completo.
Otro posible efecto secundario de retirar a tantos agentes corruptos, es que se podría estar proporcionando a los carteles un gran número de reclutas entrenados profesionalmente.