El complejo y violento panorama de pandillas de Ecuador se complicó aún más con la aparición de R7, una nueva pandilla que se asocia con tres recientes masacres en centros penitenciarios.
El 18 de julio, al menos 13 reclusos fueron asesinados y dos más resultaron heridos en la prisión de Bellavista, en la provincia central de Santo Domingo de Los Tsáchilas, según un anuncio oficial del Servicio Penitenciario de Ecuador en Twitter. El ministro del interior Patricio Carrillo señaló a la R7 de la violencia por el ataque a una facción que tenía intenciones de separarse del grupo liderada por José Gregorio Ramírez Guerrero, alias “Goyo”, según medios ecuatorianos.
Al descubrir que Goyo planeaba formar un nuevo grupo, la R7 atacó. Aunque el saldo de muertos fue menor que algunas de las masacres carcelarias registradas en Ecuador en el último año, sigue siendo macabra. Carrillo declaró a la prensa que la policía halló 45 partes de cuerpos dispersas alrededor de la prisión.
Y, según el medio informativo Primicias, hubo varios venezolanos entre los muertos, entre ellos Goyo.
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Las autoridades también anunciaron que esta era la tercera masacre ocurrida en las cárceles del país en lo corrido de 2022 en la que está implicada la R7. En mayo, una disputa entre el líder de la R7, Marcelo Anchundia, y el jefe de la pandilla Los Lobos, Alexander Quesada, alias “Ariel”, terminó con la muerte de 44 presos en la prisión de Bellavista.
Y en abril, 20 reclusos fueron asesinados brutalmente en la prisión de Turi, de la ciudad de Cuenca, a sur del país, donde para entonces se encontraban recluidos Ariel y Anchundia.
En 2021, al menos 316 presos murieron en motines en cárceles ecuatorianas con el recrudecimiento del conflicto entre la pandilla más grande del país, Los Choneros, y una serie de disidencias y rivales. En mayo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su “gran alarma” por la violencia carcelaria sin tregua e hizo un llamado a una “reforma integral del sistema de justicia penal”.
Aunque Ecuador ha implementado algunas medidas para intentar contener la violencia, como la reducción del hacinamiento y el traslado de ciertos presos y jefes de pandillas a otros centros penitenciarios, hasta el momento han resultado ineficaces. Adicionalmente, Ecuador se encuentra sumido en una crisis política que ha dejado al país paralizado por semanas en medio de protestas contra el alza excesiva en el costo de vida.
Análisis de InSight Crime
El ascenso de la R7 fue rápido. Pasó de ser una organización desconocida hace pocos meses a estar en el centro de teorías inauditas sobre la dinámica criminal en Ecuador.
En primer lugar, se desconocen con precisión las lealtades de la R7. Es una de las pocas pandillas en Ecuador que no estuvo implicadas en la escisión de Los Choneros en 2021, que fue la causa de la espiral de violencia en los centros penitenciarios.
En abril, se informó que la R7 era un pequeño grupo de presos en la cárcel de Turi en Cuenca. Después de ayudar a Los Lobos a tomar el control de la prisión, parece que sufrieron maltratos, abusos y humillaciones por parte de pandillas más numerosas. Se dice que esto llevó a la R7 a comenzar una guerra que dejó 20 presos muertos en Turi, la mayoría miembros de Los Lobos, según informó Primicias.
Existen pequeñas estructuras que se someten al dominio de grupos más grandes, como Los Lobos, pero este conflicto se derivó de la fragmentación y la toma violenta del control por parte de la R7, observó el ministro Carrillo en el momento de los hechos.
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Pero desde el último brote de violencia el 18 de julio, varios informes indican que la R7, en lugar de ambiciosos matones independientes, estarían asociados con los Chone Killers. Esto sin duda permitiría explicar la propensión de la R7 a la retribución inmediata y brutal a sus enemigos. Los Chone Killers, que fueron el brazo armado de Los Choneros, están señalados de aplicar tácticas violentas similares a las utilizadas por grupos mexicanos, como la costumbre de dejar cuerpos colgados de puentes.
En Segundo lugar, la muerte de Goyo en la masacre de esta semana se ha vuelto un tema de discusión casi conspiratorio. En vida, fue un mando medio conocido, pero sin mucho renombre. En su muerte, cobró fama. En junio de 2021, este venezolano fue detenido en Manta, Ecuador, después de la muerte de cuatro personas en un tiroteo, y terminó sentenciado a 34 años de prisión. Se dice que cuando estaba recluido en la prisión de Bellavista se unió a la R7, pero parece que intentó separarse y crear un grupo rival, que según la prensa adoptaría el nombre de “La Nueva Escuela” o “Anubis”.
Sin embargo, un reportaje de El Diario, afirma que su participación en el mundo criminal era mayor de lo que se creía. Según el reportaje, Goyo fue el sicario responsable del asesinato de Jorge Luis Zambrano González, alias “Rasquiña”, en diciembre de 2020.
De confirmarse, esta revelación sería explosiva.
Rasquiña fue el jefe de Los Choneros y no es exagerado decir que su asesinato marcó el primer capítulo de la espiral de violencia en Ecuador. La búsqueda de su asesino ha sido un tema central de la policía ecuatoriana desde entonces. InSight Crime buscó una confirmación oficial del nexo de Goyo con la muerte de Rasquiña pero no ha recibido respuesta.