La cabeza de un importante clan de drogas hondureño será extraditada a Estados Unidos en la más reciente ofensiva del gobierno contra los cabecillas del que fuera un poderoso grupo transportista.

La extradición a Estados Unidos de Herlinda Bobadilla, considerada la principal líder del histórico clan narco Montes-Bobadilla, recibió luz verde el 14 de junio.

Su captura el 15 de mayo dio lugar a la muerte de su hijo y cómplice en el crimen Tito Montes Bobadilla, poco después de que el Departamento de Estado estadounidense ofreciera recompensas de US$5 millones por ellos.

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Desde sus inicios como grupo “transportista” tradicional dedicado al trasiego de cocaína desde Suramérica por el istmo centroamericano y hacia el norte para carteles narco mexicanos con mayor poder, los Montes-Bobadilla habían forjado gradualmente su propio imperio. Según el Departamento de Justicia estadounidense, el grupo colaboró con otras importantes organizaciones criminales hondureñas, como los Valle y los Cachiros, para importar cocaína a Honduras y llevarla hacia el norte por Centroamérica, hacia México y Estados Unidos. Ambas organizaciones aliadas también se han visto debilitadas con la captura de muchos de sus líderes en los últimos años.

Su auge en el narcotráfico puso al clan Montes-Bobadilla en el radar de los agentes hondureños y estadounidenses.

Con su base de operaciones en el departamento de Colón, sobre el Caribe, el clan resistió años de operativos sorpresa del gobierno hondureño e incluso es posible que hubieran comenzado a sembrar coca con el objetivo, al parecer, de hacer sus propios envíos de cocaína hacia Europa.

Análisis de InSight Crime

En un revés de décadas de buena suerte, el clan Montes-Bobadilla Clan al fin parece estar desmoronándose.

Desde su creación en los ochenta, han sido numerosas las veces que sus líderes han sido arrestados, asesinados o extraditados sin que la organización dejara de crecer. Más recientemente, en 2019, el exjefe del clan, Noé Montes-Bobadilla fue sentenciado a 37 años de prisión en Estados Unidos.

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De las actuales cabezas del clan, solo queda en pie Juan Carlos Montes-Bobadilla. El segundo de los tres hermanos que iniciaron la empresa criminal, Juan Carlos, alias «Mono», heredará el control de la operación y con él la atención del gobierno hondureño en todo su furor.

Por la celeridad con la que fue capturada su madre después de quedar oficialmente en la mira de las autoridades estadounidenses, parece poco probable que Mono se mantenga prófugo mucho tiempo.

Lo cierto es que los pasados éxitos del clan parecen haber tocado techo, pues la extradición de Herlinda Bobadilla, y la muerte de su hijo Tito, reduce aún más la reserva de posibles candidatos para mantener la organización a flote.

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