El nuevo presidente de Paraguay, que asumió el cargo el 15 de agosto, se las verá con intereses bien arraigados del crimen organizado, algunos de cuyos miembros parecen tener nexos estrechos con integrantes de su mismo gabinete.
Santiago Peña, exministro de Hacienda durante el mandato de Horacio Cartes (2013-2018), prometió crecimiento económico, generación de empleos y reducción de la pobreza, citando su amplia experiencia como economista en los sectores público y privado. También señaló que Paraguay necesitaba erradicar la corrupción para limpiar su reputación y atraer inversión extranjera, y prometió investigar a elementos corruptos del gobierno.
Es irónico, pues muchos de los acusados de corrupción tienen estrechos vínculos con varios funcionarios del gabinete de Peña.
Nuevo gabinete con viejas caras
Peña viene del Partido Colorado bajo la guía de Cartes. Y más de una tercera parte del gabinete de Peña se desempeñó como titulares de cartera del gobierno de Cartes, quien sigue siendo jefe del partido. Las conexiones entre Cartes y Peña han generado rechazo. Cartes —dueño de diferentes empresas, medios informativos y bancos, así como una tabacalera— tiene una investigación abierta por corrupción a cargo de la Fiscalía General. Y en 2022, Cartes fue sancionado por el Departamento de Estado de Estados Unidos por “corrupción».
Haga clic y arrastre el cursor para mover los nodos de la redCartes también tiene acusaciones de larga data que lo señalan de ser un actor importante en el tráfico de cigarrillos de contrabando y de usar sus empresas legítimamente constituidas para lavar dinero por medio de sus bancos. Su tío y su primo han sido capturados por narcotráfico, y el mismo Cartes ha sido vinculado a organizaciones criminales transnacionales, como el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando de la Capital, PCC) y Hezbolá.
Nada de esto le impidió a Peña conformar un gabinete con estrechos nexos con Cartes. Por ejemplo, la elección de Peña como ministro de Hacienda, Carlos Fernández Valdovinos, fue presidente del Banco Central del Paraguay en la administración Cartes y fungió como presidente del Banco Basa, de propiedad de Cartes.
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“Las puertas giratorias siguen girando”, afirmó David Riveros García, director ejecutivo de la organización anticorrupción paraguaya, “reAcción”. “Una pregunta que corre entre círculos de sociedad civil y el sector privado es si Santiago Peña será Presidente de la República o gerente de Horacio Cartes”, señaló.
Otras carteras, como las de urbanización, interior, medio ambiente, desarrollo social y salud pública, también figuran con titulares muy cercanos a Cartes.
“El número de ministros vinculados al antiguo gabinete de Cartes o incluso a sus empresas obedece al hecho de que el mismo Peña es una ficha de Cartes”, señaló Carlos Peris, sociólogo de la Universidad Nacional de Asunción, en conversación con InSight Crime.
Los vínculos han hecho que Peña esté en deuda con su antiguo jefe. Así lo explica Esteban Caballero, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Ciudad de México. Y Peña, añadió Caballero, intentaba quedar bien con dios y el diablo al convocar a aliados cercanos, de probada competencia, mientras mantiene al jefe del partido fuera de prisión.
«En ese sentido, digamos, Peña está haciendo como un equilibrio entre impulsar un gobierno técnicamente solvente y, al mismo tiempo, manejar un gabinete o un gobierno que lo pueda de alguna manera proteger a Cartes de cualquier intento de hacerle rendir cuentas ante la justicia», señaló.
Conexiones con drogas
Quizás el integrante del gabinete al que puede atribuirse la mayor participación para librar a Cartes de procesos judiciales sea Ángel Barchini, nuevo ministro de Justicia de Peña. Barchini fue embajador en Catar, en el gobierno de Cartes y él mismo ha enfrentado líos judiciales.
En 2004, las autoridades paraguayas incautaron cerca de 4 toneladas de cocaína en el aeropuerto Silvio Petrossi, de Asunción. Posteriormente, las autoridades sindicaron a Ahmed Hashem, un alemán con residencia temporal en Paraguay, de coordinar el masivo cargamento. Las grabaciones telefónicas del caso demostraron que Hashem había tenido contacto casi diario con Barchini y el hermano de este antes del decomiso.
Hashem huyó de Paraguay sin dejar rastro, pero los hermanos Barchini nunca fueron llamados a comparecer ante ninguna autoridad. Los hermanos negaron tener conocimiento del cargamento de cocaína e insistieron en que su único contacto con Hashem se limitó a conversaciones sobre oportunidades de inversión legítimas en Paraguay.
En 2009, Ángel Barchini se vio enredado en otro caso con cocaína, cuando su socio comercial Arturo Luglietto fue capturado con 250 kilos de cocaína en Italia. Los dos organizaron conciertos en Paraguay, y Barchini declaró que solo supo de los vínculos de Luglietto con el hampa luego de su captura.
La pista del dinero
Peña también ha tomado decisiones cuestionables para los miembros de sus gabinetes encargados de manejar los delitos de cuello blanco.
El entrante ministo de Hacienda, Carlos Fernández Valdovinos, por ejemplo, estuvo involucrado en movimientos sospechosos de dinero, específicamente en 2015, mientras era presidente del Banco Central de Paraguay. Valdovinos, autorizó una transferencia de $15.123.028.872 guaraníes (unos US$2.000.000) a Ramón González Daher, quien desde entonces fue condenado por lavado de dinero, denuncia falsa y usura. González Daher también usó bancos de propiedad de Cartes para lavar US$587 millones en ganancias ilícitas.
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Claudia Centurión, designada ministra de Obras Públicas y Comunicaciones por Peña, también tiene nexos comerciales con Cartes. Anteriormente fue gerente general de la constructora Jiménez Gaona y Lima, de propiedad del conglomerado de Cartes. El fundador de esa firma, Ramón Jiménez Gaona, dirigió la cartera de Obras Públicas y Comunicaciones en el mandato de Cartes.
En abril, Jiménez Gaona fue imputado por malversación de dineros en relación con la fallida empresa Metrobus. La ex fiscal general Sandra Quiñónez, quien ha sido investigada por negarse a abrir causas contra Cartes, fue acusada de encubrimiento del caso.
¿Una luz de esperanza?
A pesar de las numerosas acusaciones y de las conexiones turbias del recién posesionado gobierno de Paraguay, Caballero se mantienen sorpresivamente optimista en que Peña atacará la corrupción.
Si bien es innegable lo preocupante de los nexos de Cartes con el crimen organizado y su continua influencia, señaló Caballero, aunque Peña es el actual presidente, y es importante el hecho de que Peña en sí no haya afrontado acusaciones de corrupción.
“Peña puede salir adelante. […] Puede desarrollar una cierta autonomía con respecto a las malas influencias […] y sacar adelante”, expresó Caballero.
Pero otros son escépticos. “El poder detrás del poder tiene una agenda clara de impunidad, aislamiento y concentración del poder y la riqueza”, comentó Riveros García.
“Hay ministros que tienen un perfil técnico, que podrían llegar a ejecutar políticas públicas”, indicó Peris a InSight Crime, pero hizo la salvedad de que “Ahora, ninguna de esas políticas públicas o ninguna medida tomada va a tener que ir contra los intereses del partido”.