Una banda venezolana ha echado profundas raíces criminales en la capital de Perú, Lima, mediante extorsiones generalizadas que han provocado violentas protestas de los habitantes y una creciente xenofobia.

El 7 de noviembre, la policía de Lima anunció la detención de cuatro presuntos miembros de los Gallegos, una banda dedicada a extorsionar a empresas y trabajadores informales de la ciudad. El anuncio se produjo casi una semana después de que la banda -que presuntamente está vinculada al grupo criminal transnacional venezolano Tren de Aragua– difundiera un vídeo en el que amenazaba con matar a mototaxistas peruanos.

En el vídeo, hombres enmascarados agitaban fusiles mientras prometían vengarse de los recientes ataques contra migrantes venezolanos.

“Si no hay paz para venezolanos trabajadores, no habrá paz para los peruanos que apoyen la xenofobia», dijo una figura encapuchada a la cámara, «comenzaremos a matar a todos los motorizados peruanos que estén en los paraderos de La Victoria, Gamarra, 28 y cualquier otro distrito que se preste”.

Además de la extorsión, los Gallegos en Perú han sido vinculados a la trata de personas relacionada con la diáspora venezolana, los préstamos ‘gota a gota’ y el microtráfico, según miembros de la Policía Nacional del Perú (PNP) y de la Fiscalía de la Nación que hablaron con InSight Crime.

VEA TAMBIÉN: Tren de Aragua en Perú sigue lineamientos desde cárcel de Tocorón, Venezuela

El video amenazante fue publicado un día después de que comerciantes y mototaxistas locales participaran en violentas manifestaciones contra la extorsión en los distritos de La Victoria, El Agustino y Cercado de Lima. Durante estas manifestaciones incendiaron vehículos que, según los medios de comunicación locales, pertenecían a extorsionadores venezolanos o a mototaxistas.

En respuesta a la violencia y a la amenaza de los Gallegos, la policía desplegó una megaoperación en las zonas afectadas, movilizando a 700 agentes.

Los disturbios se produjeron en medio de una preocupación generalizada por la seguridad en Lima, donde los Gallegos y las bandas de extorsión peruanas se disputan el control de las economías criminales. Llamativos actos de violencia, como el ataque con una granada a una discoteca en septiembre -presuntamente perpetrado por una banda venezolana- que dejó 15 heridos, llevaron a las autoridades a imponer el estado de emergencia en los distritos de San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Lince y Cercado de Lima.

Análisis de InSight Crime

Las protestas revelan la creciente frustración por el aumento de la extorsión en Lima, que ha coincidido con la expansión de bandas venezolanas como los Gallegos, que han afectado el statu quo delictivo de la ciudad.

En los primeros ocho meses de 2023, se reportaron más de 6.500 casos de extorsión en la región de Lima, un aumento del 60% en comparación con el mismo periodo de 2022, según datos de la PNP reportados por Infobae.

Este aumento se ha producido a medida que los Gallegos, vinculados a la poderosa banda transnacional venezolana, el Tren de Aragua, han extendido su control sobre los mercados de extorsión de la ciudad desde que llegaron en 2019. Han expulsado con éxito a las bandas locales de ciertas zonas y, como se ha visto en La Victoria y El Agustino, han estado involucrados en continuos enfrentamientos con los grupos peruanos a medida que consolidan su poder.

Aunque a principios de septiembre los comerciantes protestaron pacíficamente para exigir a las autoridades que tomaran medidas contra la extorsión, los recientes disturbios sugieren que la situación ha llegado a un punto de quiebre.

VEA TAMBIÉN: Marca del Tren de Aragua instiga a imitadores fuera de Venezuela

La disputa entre los Gallegos y los grupos locales también puede haber influido en las protestas aparentemente espontáneas.

El general de la PNP, Luis Flores Solís, sugirió que los grupos criminales peruanos que buscan expulsar a sus rivales venezolanos pueden estar influenciando las protestas en Lima. De ser cierto, los disturbios y el vídeo de los Gallegos podrían considerarse parte de una guerra indirecta entre bandas de extorsión rivales.

No sería la primera vez que grupos venezolanos y peruanos intercambian amenazas, y la publicación del vídeo amenazando de muerte a los trabajadores peruanos coincide con lo que ha sido el modus operandi de los Gallegos desde su creación: infundir miedo a posibles víctimas y rivales mediante la violencia extrema.

Una pancarta colgada en La Victoria tras los disturbios advertía específicamente a los extorsionadores «venezolanos» de que tenían tres días para abandonar la zona definitivamente, aunque las bandas peruanas llevaban mucho tiempo extorsionando a los comerciantes antes de su llegada.