Más de siete millones de cartuchos de municiones fueron robados recientemente en una zona central de México por un grupo armado no identificado, un atraco sin precedentes que podría llevar a una escalada de los combates en una de las zonas más violentas del país.

El 9 de junio, según informes de prensa, dos camiones que transportaban más de siete millones de cartuchos de municiones fueron interceptados por hombres armados en el municipio de San Luis de la Paz, estado de Guanajuato, al centro del país. Los atacantes no le causaron daños a los conductores ni al personal de seguridad, pero se robaron los dos vehículos, los cuales fueron encontrados más tarde, con sus remolques vacíos.

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Las municiones robadas servían para 14 tipos diferentes de armas y tenían un valor estimado de US$2.7 millones, según estimaciones de los medios. Aunque en su mayor parte eran para armas de fuego pequeñas, como pistolas calibre .22 y .40, una parte significativa eran para armas más potentes, como rifles AR-15 y M-16.

Los camiones que llevaban las municiones habían salido de una empresa en Cuernavaca y se dirigían hacia Texas, según informó El Universal con base en datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).

San Luis de la Paz, la ciudad donde ocurrió el robo, ha estado padeciendo una violenta guerra criminal, al igual que la mayor parte de Guanajuato, entre el grupo criminal más poderoso de México, el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), y el Cartel de Santa Rosa de Lima. En 2019, el gobernador de Guanajuato afirmó que el Clan del Golfo, una poderosa estructura criminal del norte de México, también hacía presencia en San Luis de la Paz.

Ninguno de estos actores se ha adjudicado la autoría del robo hasta el momento.

Análisis de InSight Crime

El robo de municiones, especialmente a un nivel tan grande como este, es casi inaudito en el hampa mexicana, y las balas robadas podrían caer en manos de grupos criminales, como ocurre con la mayor parte de las municiones contrabandeadas desde Estados Unidos.

Para poner en perspectiva la magnitud del robo, el fiscal general de Guanajuato dijo que en León, la ciudad más grande del estado, 15.000 balas son suficientes para abastecer a toda la policía municipal. El robo de esta semana podría haber suministrado a esa unidad policial 460 veces más municiones, afirmó el fiscal.

México tiene estrictas leyes para el control de armas, y la mayor parte de las armas ilegales usadas por los grupos criminales provienen de Estados Unidos. Muchas armas son además contrabandeadas por la frontera.

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En febrero pasado, la cancillería mexicana anunció que había mayores cantidades de municiones proviniendo de Estados Unidos. El 81 por ciento de las incautaciones relacionadas con armas en el cruce fronterizo de Nogales, Arizona, tienen que ver con balas, mientras que solo el 7 por ciento son partes de armas, según un informe de Associated Press.

El mayor caso de robo de municiones en México se produjo en julio de 2020, cuando desaparecieron 28.000 balas de la policía de Silao, una localidad de Guanajuato. Este robo se relacionó inicialmente con una serie de asesinatos policiales, pero, varios meses después, las balas volvieron a aparecer misteriosamente en el inventario de la policía.

También hay indicios de que el robo de esta semana pudo haber contado con ayuda del interior de la institución. El grupo armado que cometió el asalto sabía exactamente cuándo pasarían los camiones, se llevaron todas las cajas de municiones y dejaron intactos a todos los conductores y guardias sin que, según los informes, hubiera disparos desde ninguna de las partes.