El ministro de Seguridad no ve inconveniente en que los líderes pandilleros se reúnan en las penitenciarías. Ni pretende prohibir que, en nombre de una oenegé, Raúl Mijango ingrese a los penales. Ni interferirá en acuerdos entre pandillas. Y está dispuesto, incluso, a dialogar con las cúpulas de la MS13 y de Barrio 18 si eso ayuda a la ejecución de la política nacional de seguridad pública.

El hablar lento de Benito Lara engaña. Su insistencia en rodear de décadas de contexto el debate sobre la inseguridad, engaña. Su negativa a opinar sobre la gestión de los ministros anteriores, engaña. El nuevo ministro no es tan amortiguado, tan difuso ni tan diplomático como parece. A Benito Lara hay que saber leerlo. Donde reflexiona sobre los problemas generales de hacer políticas de seguridad, apuñala entre líneas. Donde parece que evade o utiliza conceptos que suenan gastados, en realidad afirma.

La mejor prueba es la forma en que el ministro da nuevo sentido, en esta entrevista, a la afirmación aparentemente unívoca que Sánchez Cerén regaló el jueves 12 de junio a los titulares de periódico: “Nosotros no vamos a continuar con la tregua”.

Los siguientes son extractos de una entrevista con el ministro de Justicia y Seguridad Pública Benito Lara, los cuales fueron obtenidos de un artículo publicado originalmente en Sala Negra de El Faro. Fue publicado con permiso. Vea el artículo original aquí

En realidad este gobierno con lo único que no pretende continuar es con el debate estéril y maniqueo sobre si los criminales, sean quienes sean y por lo que sean, merecen una tregua o no. Lo dice, para quien sepa leerlo, Benito Lara: este gobierno planea deshacerse de todo aquello que, de la tregua, se volvió incómodo o inservible, comenzando por su nombre, pero preservará su esencia: el principio de humanización de las pandillas, la promesa de desarrollar políticas sociales para enfrentarlas y la necesidad de reducir los homicidios para viabilizar políticamente la inversión en prevención y rehabilitación. Incluso, dialogará con las cúpulas de la Mara Salvatrucha y de Barrio 18 si lo considera necesario. Lo anuncia sin miedo al posible escándalo.

***

Sus antecesores, que de hecho siguen todos en este gobierno, se guiaron por diagnósticos distintos de la realidad con la que trabajarían. Para Munguía Payés su trabajo debía centrarse en controlar la guerra entre pandillas y para Ricardo Perdomo sus esfuerzos debían estar centrados en el narcotráfico. ¿Quién de ellos se equivocó?

?Nosotros debemos hacer un buen diagnóstico de la situación y eso pasa por revisar muy bien el problema estructural que tiene este país, porque en eso de quién se equivocó te puedo traer a cuenta el informe de las Naciones Unidas del año 2011, donde dicen que la política de combate a la droga implementado desde los años 50 es un fracaso: ¿Quién se equivocó? No sirve apuntar al fulano o al tipo… no estoy seguro de que ir por ahí nos vaya a dar resultado.

Creo que todos estaríamos de acuerdo en la cadena de equivocaciones que históricamente hemos tenido en el país y que ha propiciado nuestro escenario actual, pero no hablamos del diagnóstico estructural histórico, sino del de anteayer.

?Yo los entiendo. Pero ustedes deben entender que las políticas que se han implementado no son de ayer. Son políticas que se vienen implementando desde hace años, décadas, y que no han tenido el resultado deseado.

De acuerdo, pero los dos últimos ministros, en el último año y medio, cuando hablaban del resultado de todas esas políticas erradas decían cosas diferentes. El diagnóstico que usted ve, ¿se parece al diagnóstico de Munguía Payés o al de Perdomo?

?Estamos haciendo nuestro propio diagnóstico.

¿No confía en los anteriores? ?

No es cosa de confiar o no. No se ha realizado un verdadero diagnóstico, lo más objetivo posible.

¿Por qué?

?Bueno… ellos tendrán su propia explicación, pero a mí me parece que la presión del día a día no permitió a distintos funcionarios ponerse a elaborar una planificación de orden estratégico. Ha sido muy reactiva, eso es lo que a mí me parece. Por eso decía que es complicado decir “este lo hizo bien o mal”, o “los dos la regaron”, porque sucede que es una de las cuestiones en las que yo hago el esfuerzo de cuidarme un poco, de tener el panorama global. La presión del día a día puede haber sido uno de los factores… para buscar salida ya, de manera inmediata, y no ver un tema que es tan complejo y que debe tener una visión y una planeación estratégica.

Nos ha mencionado dos problemas: sostenibilidad y diagnóstico claro.

?En este país tenemos entre 85 y 90 municipios –no tengo la cifra exacta a la mano- en los que del 1 de enero al 31 de mayo de este año no hubo ni un solo homicidio. Estamos hablando de casi un tercio del país y tenemos cerca de 40 municipios en que hay entre uno y tres homicidios. Más o menos el 80 por ciento de homicidios está bien focalizadito… El punto tiene que ver con que el gran esfuerzo que debemos hacer es una visión de planificación estratégica.

Sobre los homicidios también se ha dicho de todo, dependiendo de a quién uno preguntaba: si uno preguntaba a la policía, las pandillas eran responsables del 12 por ciento de los homicidios, si uno le preguntaba a Munguía Payés, el 90 por ciento, y si uno le preguntaba a Ricardo Perdomo, menos del 40 por ciento. Los tres decían que esto derivaba de cruces de variables. De esos datos, ¿quién se equivocó y por qué?

?El punto tiene que ver con un problema de orden estructural…

¿O sea que los mismos datos, dependiendo de quién los interprete te pueden conducir al 90 por ciento, o al 40 por ciento o al 12 por ciento?

?Sí. Creo que hay un problema de análisis.

O sea que David Munguía Payés veía lo que quería ver y también Ricardo Perdomo o la policía. ¿Eso es ideológico?

?No estoy tan seguro. Creo que lo que necesitamos es hacer un esfuerzo de dignificar con más herramientas científicas el análisis para tener más objetividad y por supuesto en las estrategias concretas que hay que desarrollar. Por una razón: cuando no profundizás en la investigación y la víctima tiene tatuajes, ¿cuál es la conclusión? ¡que es marero!

Claro y por lo tanto quien lo mató seguro fue otro marero…

?¡Claro! Y eso solo es probable, pero a saber si es cierto. Lo que te da certeza de eso es la investigación profunda. Ahí creo que tenemos una falla bien seria y si ustedes se han dado cuenta nosotros hemos insistido tanto en el tema de inteligencia e investigación por esa razón… y no es un problema de la policía únicamente, ese es el concepto del fiscal y del juez… es el sistema, es la cadena, por eso me resulta complicado decir quién es el chompipe de la fiesta, porque entonces sucede que aquí lo que tenemos que tener todos es un enfoque distinto de la seguridad y estamos hablando de todo el sistema.

¿Verdad que su trabajo es distinto si al final resulta que la pandilla es la responsable del 12 por ciento o del 40 por ciento o el 90 por ciento de homicidios?

?Sí, porque la estrategia es completamente diferente. ¡Claro!, los objetivos son distintos.

¿Y hasta ahora alguno de estos diagnósticos lo convence?

?No. Estos porcentajes que se han venido dando son porcentajes que no nos han reflejado que han servido para tomar políticas que nos den resultados positivos. Ese es el punto.

El tema de las pandillas será central en su gestión, independientemente del diagnóstico que haga, aunque se recoloque, es inevitable este tema. Los estadounidenses los han puesto en la misma lista que el Cartel de Sinaloa, o Al Qaeda… ¿Desde su despacho de qué tamaño se ven??

Este es el fenómeno más complejo que tiene este país. Y aunque hay mucho de lo que se ha estudiado sobre este fenómeno yo sí creo que hace falta un estudio sociológico y antropológico de las generaciones y de las conductas generacionales de los pandilleros. Lo dejo hasta ahí.

¿Cree que políticas destinadas a reducir la exclusión impactarían en el fenómeno de las pandillas?

?Tendrían un impacto social, en la sociedad en su conjunto, resolver problemas de orden estructural en las comunidades … y no estoy hablando de que deben ser programas exclusivísimos, sino que programas que beneficien a todos y como este es un entramado complejo, no hay duda de que muchos verán otras oportunidades.

Volviendo a la caracterización de las pandillas: ¿son el Cartel de Sinaloa o son una expresión de descontento más parecida a organizaciones juveniles de facinerosos? ¿O ninguna de las dos? ¿O las dos?

?Me quedaría con que este es un fenómeno social complejo, que es una mezcla en algunas acciones con crimen organizado, algunas, no todas, pero no estamos hablando de carteles sino de un fenómeno social. Y eso lo hace más complejo todavía. Porque si fuera como un cartel…

…Una empresa criminal.

?Entonces estaría clarito.

Ya que estamos en la parte de los diagnósticos, en la que usted ha sido muy cauto, le pido uno más: ¿le puede explicar a quien lea esta entrevista qué es la tregua?

?Desde que esto surgió yo di una opinión: que este concepto está mal aplicado. Yo parto de eso. Tregua se da entre fuerzas beligerantes y aquí no es ese el punto, ese no es el tema. El acuerdo entre los grupos de pandillas que se dio estos últimos años lo que no podemos cerrar los ojos es que tuvo distintos resultados. Algunos buenos, otros quizá no muy buenos. Y en materia de homicidios hubo una reducción sustancial…

Perdone, pero cuando le pregunto qué es la tregua me refiero a que nos han dicho, con el paso del tiempo, muchas cosas: que los traslados de pandilleros de Zacatecoluca fue debido a una amenaza con misiles antitanque LAW, que fue un milagro, que fue un proceso orquestado por la Iglesia Católica, y nos han dicho que fue una estrategia pactada en el despacho que usted ocupa ahora. Esto último nos lo dijo David Munguía Payés. ¿De qué lo han convencido a usted?

?Ante un fenómeno nuevo no hubo un manejo mediático adecuado, no hubo una explicación acertada.

¿Por parte de las autoridades?

?Por supuesto. Creo que no estaban preparadas con una estrategia mediática para aquello, y que con una explicación correcta, la cosa hubiera sido diferente. Pero se dieron otras explicaciones y eso no contribuyó a que la población tuviera mayor claridad. Y eso al final el presidente Funes, en su momento, dio la opinión del Ejecutivo diciendo “sí, hemos facilitado”…

Para ponerlo con puntos y comas: según usted esto sí fue una estrategia iniciada por el Ejecutivo que no supieron comunicar correctamente. ?

Fijate que yo no estoy seguro, porque nunca tuve una reunión en la que se me informara “esto va a pasar”…

Pero eso que usted dice es grave.

?Es que yo no era del Ejecutivo.

Lo que le preguntamos es qué sabe usted ahora que es ministro. ¿Al actual ministro de Justicia y Seguridad no le ha explicado el anterior gobierno, con pelos y señales, con fechas, con documentos, cuál fue exactamente su participación y su visión al poner en marcha este proceso?

?No. Nosotros nos hemos limitado a recibir las estructuras tal y como están. Y distintos informes de cómo está la situación.

¿Había un informe titulado “tregua”?

?No.

¿La tregua fue una estrategia del Ejecutivo para reducir homicidios? ?

No sé.

Pero aparte de esa política hubo hechos políticos, acciones políticas, entre ellas la más audaz y trascendental de los últimos 20 años, que incluyó el diálogo con las pandillas, el traslado de sus líderes y la promesa de ciertas políticas sociales y mejoras carcelarias, que se trataron de poner en marcha y después se abandonaron. Lo que dice es que a usted no se le ha dado información sobre esas acciones, a pesar de que David Munguía Payés, quien las ejecutó, es ministro de Defensa y está en su gabinete de Seguridad.

?Sí… pero no está en este Ministerio. Mirá, sigo insistiendo en que los procesos son para mí más importantes que hablar de fulano o mengano.

Ok. ¿Qué quiso decir el presidente cuando dijo el jueves que este gobierno no continuará con la tregua? Porque pedí una explicación a Casa Presidencial y me dijeron “Benito te va a explicar”.

?Ja ja ja ja ja… Es lo mismo que he estado explicando: nosotros no concebimos el concepto tregua dentro de nuestra política de Seguridad. Nosotros no hablaremos de tregua, porque para nosotros no es el concepto correcto, y hemos dicho: si los pandilleros llegan a acuerdos tampoco los vamos a interrumpir. Y eso no va a impedir, ni va a modificar la política de Seguridad Pública que estamos diseñando.

Entendido: la tregua no puede ser la política de seguridad. ¿Pero van a permitir a los mediadores Raúl Mijango y Fabio Colindres, ingresar a cárceles para hablar con la cúpula de estas estructuras?

?No tenemos ninguna objeción a que distintas personas e instituciones -oenegés, religiosos- puedan, en función de su trabajo, ingresar siempre y cuando tengamos claridad de a qué van.

Los mediadores han dicho en estos dos años que había un elemento esencial para lograr la reducción de homicidios: la posibilidad de que las cúpulas de estas estructuras se puedan reunir cara a cara para lograr acuerdos o resolver conflictos. ¿Este gobierno descarta que los líderes de pandillas se vuelvan a reunir en Mariona, como lo hacían, para conversar? ?

Yo creo que hubo un error de origen, y es haber hecho esa separación en penales, que tiene un montón de años. Desde luego, si ellos tienen voluntad de llegar a acuerdos, necesitan alguna forma de comunicación. Y nosotros no vamos a interferir en sus acuerdos.

¿Eso quiere decir que facilitarán que se reúnan y hablen?

?Pero nada tiene que ser al margen de la ley.

¿Esas reuniones le parecían a usted ilegales?

?No. La ley no las prohíbe.

¿Este gobierno va a mantener el acuerdo que el Estado salvadoreño tiene con la Organización de Estados Americanos (OEA) para que supervise, facilite, apoye el proceso de reducción de homicidios que conocemos como “tregua”?

?No solo con la OEA. Creo que debemos ampliar… no solo para este fenómeno sino para todo el tema de seguridad. Estamos discutiendo la posibilidad de tener un equipo no solo con representación internacional sino con algunas personas notables del país, para que estén acompañando la política. Organismos como la OEA, el PNUD, la Unión Europea…

Dígame entonces si estoy leyendo mal sus respuestas: ¿Acaso no están tratando de aprovechar el escenario que se creó con la tregua, sus aspectos positivos, reformulando el proceso y cambiándole el nombre?

?Lo que tenemos que hacer es aprovechar la oportunidad de que en este país las organizaciones internacionales llegan casi todas al consenso de que la apuesta en la prevención es prioritaria. En el Asocio para el Crecimiento, por ejemplo, la prevención es un aspecto importante. Y en el tema preventivo es importante decir que necesitamos trabajar rápidamente para combatir el hacinamiento carcelario. Si no hacemos algo rápido y con la visión de que los internos sean productivos, fallaremos.

Por eso yo parto de que la política ha sido correcta con problemas de implementación. Mal haríamos nosotros haciendo una política nueva. Es cierto que las políticas anteriores no han tenido los resultados deseados, pero tampoco podemos decir que absolutamente todo ha sido negativo. Hay cosas que son buenas y hay que retomarlas. 

*Los siguientes son extractos de una entrevista con el ministro de Justicia y Seguridad Pública Benito Lara, los cuales fueron obtenidos de un artículo publicado originalmente en Sala Negra de El Faro. Fue publicado con permiso. Vea el artículo original aquí

13 respuestas a “El gobierno se deshará de la palabra «tregua» pero seguirá dialogando con las pandillas”