Un centro de análisis apoyado por la Universidad de Chile está trabajando con las fuerzas de seguridad en el desarrollo de modelos matemáticos que promuevan formas más eficientes para combatir el crimen; un enfoque hacia el control del crimen que aún no ha sido adoptado ampliamente en toda Latinoamérica, pero que podría lograr resultados significativos.
El Centro de Análisis y Modelamiento en Seguridad (CEAMOS), activo desde 2007, se especializa en el desarrollo de modelos destinados a ayudar a la Policía Nacional de Chile y a su unidad de guardia penitenciaria, conocida como la Gendarmería, a desarrollar estrategias más efectivas de combate contra el crimen.
“No hay muchos matemáticos o ingenieros trabajando en temas de criminalidad,” dijo Fernando Ordoñez, ingeniero de CEAMOS, a InSight Crime. “Tiende a ser algo de lo que se ocupa la política pública, la antropología, la sociología, pero usted no ve una gran cantidad de ingenieros [en Chile] trabajando en el problema. En ese sentido, somos bastante únicos”.
El centro, formado por un equipo de 10 investigadores -la mayoría de ellos ingenieros y matemáticos–, desarrolló uno de estos modelos que mostró a la policía nacional, Carabineros, que hay una mejor manera de desplegar los recursos para combatir el crimen en Santiago, la capital chilena. Utilizando las estadísticas de Carabineros sobre el número y tipo de delito en ciertos barrios –así como los datos sobre la geografía de los barrios de la ciudad y los datos del censo– los investigadores de CEAMOS fueron capaces de cartografiar los “puntos calientes” del crimen en Santiago.
La actual estrategia de Carabineros, conocida como el Plan Cuadrantes, consiste en dividir a las grandes ciudades como Santiago en secciones más pequeñas supervisadas por patrullas policiales. El modelo CEAMOS mostró que hay mejores maneras de diseñar los “cuadrantes” con el fin de abordar las zonas propensas a la delincuencia de una manera más eficiente.
Como Ordoñez explicó a InSight Crime, los cuadrantes patrullados por agentes a menudo están diseñados en torno a distritos y carreteras vecinas. Pero, como el mismo Ordoñez señala, “el crimen no respeta estas fronteras. El hecho de que los cuadrantes tengan que seguir estas fronteras políticas y de vecindad, no tiene sentido.” A través de su modelo matemático, CEAMOS tiene como objetivo demostrar que los recursos policiales podrían utilizarse de una mejor manera si los cuadrantes no se emplean de tal manera.
Según el director de CEAMOS Raul Manasevich, actualmente no hay otros centros de investigación similares en Latinoamérica. Fuera de la región, las instituciones académicas más reconocidas por mezclar la criminología con modelos matemáticos son la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) y el University College de Londres. Un modelo para predecir el crimen, desarrollado por la UCLA, fue capaz de demostrar cuáles de los puntos calientes del crimen de Los Ángeles tendrían más probabilidades de desaparecer, si eran fuertemente golpeados por la policía; y cuáles simplemente se desplazarían a otras partes de la ciudad. Los equipos de investigación de dos universidades españolas en Madrid también han hecho un trabajo similar.
No obstante, incluso en los países latinoamericanos gravemente afectados por los dramáticos aumentos del crimen y la violencia, el uso de modelos matemáticos para ayudar a la policía sigue siendo raro. En ese sentido, CEAMOS es algo así como un pionero en la región, con proyectos que aún podrían aplicarse en otros países que luchan por manejar la inseguridad.
El centro de investigación también ha trabajado con la guardia penitenciaria nacional, la Gendarmería de Chile, en el desarrollo de modelos que predicen cuáles reclusos tienen más probabilidades de convertirse en delincuentes reincidentes. CEAMOS también ayudó a diseñar un sistema más eficiente para la asignación y el seguimiento de los turnos de la guardia penitenciaria, ya que los guardias frecuentemente faltarían al trabajo o bien se verían obligados a trabajar varios turnos durante cortos períodos de tiempo.
Otro proyecto consistió en el análisis de las llamadas de emergencia a la policía, de las cuales, el 80 por ciento resultaron ser bromas. Los investigadores encontraron que más de la mitad de las personas que llamaron al número de emergencias 133 colgaron el teléfono antes de ser atendidos por la persona que toma la llamada, debido al gran tiempo de espera. Estos resultados fueron la base de las recomendaciones del investigador CEAMOS de que las autoridades deben hacer un mejor trabajo en canalizar las llamadas de no emergencia al número de información general, 139, con el fin de liberar las líneas telefónicas.
Análisis de InSight Crime
Aunque Chile sufre algunos de los mismos males de seguridad observados en otros países de Latinoamérica – tráfico de personas, pandillas callejeras y tráfico de drogas – sigue siendo uno de los países más seguros de la región. Sin embargo, el modelo del crimen practicado por CEAMOS podría aplicarse fácilmente a fenómenos delictivos en otros lugares. La policía en la capital de Colombia, Bogotá, sigue su propio Plan Cuadrantes, mientras que México ha aplicado un modelo similar para rastrear el crimen y los accidentes a lo largo de sus carreteras. Las autoridades de la segunda ciudad más grande de Colombia reportaron que el 70 por ciento de todas las llamadas de emergencia son de broma o llamadas caídas, mientras que la predicción de la reincidencia sigue siendo un desafío para los sistemas penitenciarios desde Centroamérica hasta Estados Unidos.
También existe la posibilidad de desarrollar modelos matemáticos que predicen cuáles zonas, a lo largo de una frontera nacional, son las más propensas al crimen o los cruces ilegales; investigación que podría tener implicaciones importantes para los países que luchan por imponer ambiciosos planes de seguridad fronteriza, como Brasil. CEAMOS está desarrollando una propuesta de este tipo para los Carabineros de Chile, la cual implica el diseño de un modelo que predice cuáles cruces fronterizos son los más susceptibles de ser utilizados por los migrantes indocumentados o contrabandistas.
La posibilidad de que los modelos matemáticos puedan ayudar a “predecir” el crimen tiene ecos de una novela de ciencia ficción. Pero como dice Ordoñez, estos modelos “no son una bala de plata” (una solución mágica e inmediata al problema).
“Si estos mismos modelos utilizan datos erróneos, van a producir malos resultados”, dijo.