El 21 de abril Paraguay va a las urnas para votar por un nuevo presidente y, si las encuestas están en lo cierto, podría ganar el hombre que es considerado uno de los principales lavadores de dinero del país, así como un objetivo de la DEA.
La carrera política de Horacio Cartes hasta ahora ha sido corta y su ascenso, meteórico. Pero, incluso antes de entrar en la política, Cartes fue ampliamente conocido en Paraguay como la cabeza de un conglomerado empresarial, que incluye a uno de los mayores bancos del país y uno de los principales fabricantes de cigarrillos. Él es también el presidente de uno de los equipos de fútbol más importantes (aunque se tomó un año sabático para ser candidato a la presidencia).
No obstante, debajo de la fachada legítima de Cartes se encuentra una red de conexiones sospechosas, que le han valido una reputación criminal con múltiples acusaciones, aunque se quedan cortas las condenas.
El primer contacto de Cartes con la criminalidad fue a mediados de los años ochenta, cuando fue condenado por fraude electrónico. Fue una breve pena de prisión, antes darse a la fuga por cuatro años. Su carrera como un fugitivo terminó en 1989, cuando un juez revocó su condena. En ese momento, Cartes aseguró que no era más que un empleado ignorante y que se había fugado con el fin de reunir pruebas para su defensa.
Durante los siguientes diez años, el portafolio criminal de Cartes continuó creciendo, pese a que nunca volvió a pisar una prisión. En 1996, se desestimó el caso en contra de Cartes por falsificación de documento público y privado, y por otros delitos financieros. Cuatro años más tarde, proscribieron los cargos de asesinato en su contra y, de nuevo en 2002, los cargos relacionados con violación de correspondencia.
Aparte de sus encuentros con el sistema judicial, en los últimos años ha habido un flujo constante de informes, filtraciones y rumores que han pintado una imagen de Cartes como uno de los principales motores del hampa en Paraguay.
La gama de acusaciones van desde contrabando de oro – un artículo de prensa mencionó a Cartes como la conexión paraguaya en una operación transnacional de contrabando de oro – hasta el contrabando ordinario – un informe de 2005 afirma que el 60 por ciento de los cigarrillos falsos de marca en Argentina provienen de su compañía de cigarrillos -. También existen acusaciones de narcotráfico, incluyendo unos informes que establecían que en el año 2000, la policía antinarcóticos incautó 343 kilos de marihuana y 20 kilos de cocaína de un avión que había aterrizado en un rancho propiedad de Cartes.
No obstante, Cartes ha sido más frecuentemente relacionado con el lavado de dinero. Se le menciona en un cable diplomático de Estados Unidos en 2007, publicado por WikiLeaks, en el que se discute el nombramiento de Ángel Gabriel González Cáceres como el nuevo director de la unidad contra el lavado de dinero de Paraguay. El cable, que hace referencia a Cartes como un “supuesto pilar de la comunidad”, cita la preocupación del entonces jefe del escuadrón antinarcóticos de Paraguay, Hugo Ibarra, quien creía que González podría haber estado ayudando a Cartes en actividades de lavado de dinero. Según Ibarra, el 80 por ciento del lavado de dinero en Paraguay en ese momento pasó a través del banco de Cartes, Amambay.
Un cable de 2010 puede ser el que más daño le cause a Cartes, en éste se habla acerca de una investigación estadounidense de lavado de dinero llamada “Heart of Stone” (Corazón de Piedra). En el cable, Cartes es identificado como el jefe de una organización criminal transnacional, y objetivo principal de la operación; la cual reunió a varias agencias estadounidenses: la Administración para el Control de Drogas (DEA), el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement agency – ICE), el Servicio de Impuestos Internos (Inland Revenue Service – IRS) y la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (Bureau of Alcohol Tobacco and Firearms – ATF).
Según el cable, los funcionarios estadounidenses creían que Cartes dirigía una importante operación de lavado de dinero que se encargaba de manejar las ganancias del narcotráfico y otras actividades criminales. La operación criminal tenía conexiones globales, pero se centró en la región de la triple frontera, donde Paraguay se encuentra con Brasil y Argentina. El cable menciona que la DEA ya había infiltrado las operaciones de Cartes y se disponía a profundizar su investigación.
En el período previo a las elecciones, las operaciones financieras de Cartes recibieron un golpe más a su reputación con la publicación de una investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (International Consortium of Investigative Journalists – ICIJ). Basado en documentos filtrados, el reporte muestra el funcionamiento de organizaciones bancarias ‘offshore’ (en el extranjero), mostrando que altos funcionarios del Banco Amambay, entre ellos el padre de Cartes, establecieron en 1995 una operación financiera secreta en las Islas Cook, un conocido paraíso fiscal. Según el ICIJ, la operación contaba con una licencia bancaria, pero sin oficinas ni personal.
Hasta ahora Cartes ha desestimado todas las acusaciones de actividades ilegales. En una declaración política titulada “Las Razones de mi Coloradismo Hacia un Paraguay Mejor [Cartes es un miembro del Partido Colorado]”, él escribió: “(…) si el uno por ciento de lo que dicen de mí fuera cierto, hubiera seguido al margen de la política. Nada tengo que ocultar ni nada he ocultado.” Además, calificó los cables de WikiLeaks como un “absurdo”.
Análisis de InSight Crime
Aunque el caso contra Cartes aún no ha brindado pruebas irrefutables de sus conexiones criminales, la abrumadora cantidad de pruebas circunstanciales contra él es preocupante para Paraguay y la región.
Paraguay es el mayor productor de cannabis de Suramérica – que se vende principalmente en el mercado interno de Brasil y en la vecina Argentina -. También es una ruta de tránsito popular para los narcotraficantes que transportan cocaína desde Bolivia hacia Brasil y Argentina, donde se vende o se lleva hasta Europa.
Si las acusaciones contra Cartes son ciertas, entonces los grupos criminales detrás de este comercio ilegal – que ya se aprovechan de la corrupción en las fuerzas de seguridad – puede terminar con un aliado como jefe de estado, lo que podría facilitar la expansión del crimen organizado en el país.
Es probable, también, que surjan tensiones en las relaciones con los vecinos del Cono Sur y con Estados Unidos, lo que marcaría un retroceso para la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado y para los intentos de Paraguay de recuperar la legitimidad política en la región, luego de la destitución del ex presidente Fernando Lugo el año pasado.