El testimonio de un cercano excolaborador de “El Chapo” Guzmán y el Cartel de Sinaloa en México ha permitido conocer nuevos detalles de las actividades criminales y los alcances del capo, y podría acabar con las esperanzas de la defensa de convencer al jurado de la inocencia de su cliente.

En el juicio que adelanta Estados Unidos contra el excapo del Cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, el testimonio de Jesús Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, reveló que el narcotraficante supuestamente mantenía contactos al interior de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA), los cuales fueron utilizados por El Vicentillo para su propio beneficio, según informó The New York Times.

El Vicentillo, hijo del líder del Cartel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada García —uno de los criminales más buscados por la DEA—, declaró que se reunió con su padre y El Chapo en 2007 para discutir su retirada de la organización. El Chapo ofreció relacionar a Zambada Nieblain con sus “contactos” en la DEA. Durante dos años, él supuestamente se reunió con agentes de la DEA en México.

En 2009, las autoridades arrestaron a El Vicentillo en la Ciudad de México y luego lo extraditaron a Estados Unidos para enfrentar cargos por narcotráfico en Chicago. Él admitió que era un “apoderado de confianza de su padre”. En el año 2013 se declaró culpable por su participación en las operaciones de narcotráfico del cartel.

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Sin embargo, El Vicentillo sostuvo que él comenzó a trabajar como espía para la DEA poco después de reunirse con los agentes en México, “ofreciendo información sobre sus rivales a cambio de poder seguir adelante con su negocio libremente”, como se lee en The New York Times. Según Zambada Niebla, El Chapo y El Mayo supuestamente les pasaban a la DEA información sobre sus aliados y rivales.

En un antejuicio en el año 2011, sus abogados señalaron que, “en esencia, el gobierno de Estados Unidos estuvo involucrado en una conspiración con uno de los más grandes carteles de la droga en el mundo”.

El Vicentillo también testificó acerca de las cantidades de sobornos que existían y de las personas a las que se les pagaban. Dijo que, durante casi dos décadas, el Cartel de Sinaloa reservó casi US$1 millón mensuales para sobornar a altos funcionarios de seguridad de las administraciones de los expresidentes mexicanos Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, entre otros.

Análisis de InSight Crime

Jesús Vicente Zambada Niebla no es un testigo cooperante cualquiera. Es hijo de uno de los principales líderes del Cartel de Sinaloa y comenzó a trabajar para la organización desde que era adolescente. El Cartel de Sinaloa corre por la sangre de El Vicentillo. Pocas personas como él estuvieron tan cerca de las más altas esferas del poder en el cartel, y su testimonio puede ser la estocada final para la defensa de El Chapo.

Desde el principio, el equipo de defensa de El Chapo ha intentado reducir la atención sobre su cliente y desviarla hacia los funcionarios corruptos y otras figuras prominentes dentro del Cartel de Sinaloa. La defensa argumenta que El Mayo es el verdadero líder y que El Chapo es solo la víctima de un complot para incriminarlo.

Sin embargo, la fiscalía ha presentado varias pruebas condenatorias que señalan todo lo contrario. El testimonio de El Vicentillo es el más reciente indicio de que la estrategia de defensa de El Chapo está dando patadas de ahogado.

Entre las pruebas más incriminatorias presentadas por la fiscalía se encuentra “el conocido video de Rolling Stone”, filmado en enero de 2016, el cual presenta una entrevista realizada por el actor estadounidense Sean Penn con El Chapo y que fue fuertemente criticada. Los fiscales mostraron dos segmentos de la entrevista en los que el entonces capo explica, en sus propias palabras, cómo se inició en el negocio de las drogas y cómo aumentó y expandió sus operaciones desde la prisión.

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Pero esta no es la única prueba que los fiscales han presentado acerca de las presuntas conexiones directas de El Chapo con el comercio internacional de drogas.

En una llamada intervenida por la fiscalía, se escucha a El Chapo negociando un cargamento de seis toneladas de cocaína con miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupo guerrillero en gran parte desmovilizado.

En otra conversación grabada, se escucha cómo los hermanos gemelos Margarito y Pedro Flores, de Chicago —socios claves de las operaciones de narcotráfico del Cartel de Sinaloa, que traficaron “cientos de kilogramos” de drogas del cartel—, organizan un cargamento de heroína con Alfredo Guzmán, alias “Alfredillo”, a nombre de su padre, El Chapo.

Todo esto se suma a las evidencias presentadas en el juicio que señalan la multimillonaria fortuna que El Chapo supuestamente acumuló gracias a sus actividades criminales, su propensión a la violencia extrema y su evidente papel de liderazgo en la cúpula del Cartel de Sinaloa.

Es muy probable que El Chapo pase el resto de su vida en la cárcel. Las llamadas telefónicas intervenidas y el explosivo testimonio han puesto en cuestión la defensa de sus abogados, según la cual él era apenas un “administrador de rango medio dentro del cartel“. Pero es posible que el testimonio de El Vicentillo decida el destino de El Chapo.