La sentencia de un importante líder del Cartel del Norte del Valle, de Colombia, pone fin a una lucrativa y sangrienta carrera que tuvo impactos sobre el hampa de todo el continente americano.

Un tribunal del distrito de Nueva York condenó a Juan Carlos Ramírez Abadía, alias “Chupeta”, a 20 años de prisión el pasado 14 de agosto por cargos relacionados con tráfico de drogas, lavado de dinero y homicidio, luego de que admitiera que había ordenado el asesinato de 150 personas y que él mismo llevó a cabo algunos de esos asesinatos, así como el envío de cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos.

A pesar de la magnitud de los crímenes, Chupeta recibió una sentencia reducida, dado que sirvió como testigo clave en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, detallando las conexiones de tráfico de cocaína entre el Cartel del Norte del Valle (CNDV), al que él pertenecía, y el Cartel de Sinaloa, de México. También testificó contra Jesús “El Rey” Zambada, hermano de Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, actual líder del Cartel de Sinaloa, y quizá también testificó en muchos otros casos.

VEA TAMBIÉN: 4 revelaciones del juicio contra «El Chapo» en Estados Unidos hasta el momento

En su testimonio más reciente, Chupeta reveló que le ayudó a enviar docenas de toneladas de cocaína a un grupo mexicano, que se encargaba de la logística de transporte a través de la frontera entre Estados Unidos y México. Según su propio testimonio, a lo largo de su carrera exportó unas 500 toneladas de cocaína en aviones, barcos y semisumergibles.  

Dado que se le puede acreditar tiempo ya cumplido, y por su buen comportamiento, Chupeta podría quedar libre el próximo año, señaló el periodista Keegan Hamilton.

Además de su relevancia en el hampa, Chupeta es conocido por una serie de procedimientos quirúrgicos a los que se sometió para evitar ser capturado, intentando reconstruir su rostro por completo.

Análisis de InSight Crime

Las actividades criminales de Chupeta se extienden por toda América Latina, además de tener conexiones con grupos del crimen organizado, funcionarios gubernamentales y personas poderosas de toda la región. 

Chupeta comenzó su carrera durante la década de los ochenta en el Cartel de Cali, donde trabajó como entrenador de caballos para Iván Urdinola Grajales, un traficante de nivel medio del cartel, según un informe de inteligencia de la policía colombiana citado por El Tiempo. 

Cuando el Cartel de Cali se fragmentó a principios de la década de los noventa, el CNDV surgió como uno de sus sucesores, con cabecillas como Grajales, Chupeta y otros exintegrantes del Cartel de Cali. A principios de la década de 2000, Chupeta y el CNDV sirvieron como el principal proveedor de cocaína del Cartel de Sinaloa, e incluso, según el periódico colombiano El País, en una oportunidad enviaron a México 14 aviones llenos de cocaína en una sola noche.

Chupeta admitió que pagó millones de dólares en sobornos a políticos y funcionarios colombianos durante la década de los noventa para tratar de evitar la extradición de presuntos traficantes a Estados Unidos. También se sabe que sobornó a policías, militares, miembros del poder judicial e incluso a un ingeniero de una compañía de telefonía celular a cambio de que lo alertara si sus llamadas estaban siendo intervenidas.

VEA TAMBIÉN: Un apacible retiro encuentran narcos internacionales en Brasil

Con la garantía de que cumpliría condena solo en cárceles colombianas, Chupeta se entregó a las autoridades colombianas en marzo de 1996. Fue sentenciado a 24 años de prisión, pero fue liberado a principios de 2002. 

Chupeta huyó poco después a Brasil, donde estuvo involucrado en numerosos esquemas de lavado de dinero y se sometió a varios procedimientos quirúrgicos para cambiar su apariencia, con el fin de evitar ser capturado de nuevo, ya que aún enfrentaba acusaciones de múltiples tribunales estadounidenses por cargos de narcotráfico.

Aunque las cirugías hicieron que Chupeta fuera irreconocible en comparación con su apariencia anterior, finalmente fue capturado por las autoridades brasileñas en 2008, en un barrio rico de São Paulo, gracias a la tecnología de reconocimiento de voz. Bajo custodia, Chupeta supuestamente les ofreció a las autoridades millones de dólares para acelerar su extradición a Estados Unidos, dadas las deplorables condiciones del sistema penitenciario brasileño. Finalmente, fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar los cargos restantes, y luego ofreció un testimonio clave en el juicio de El Chapo en 2019.

¿Cuáles son sus opiniones?

Haga clic aquí para enviar sus comentarios a InSight Crime.

Alentamos a los lectores a copiar y distribuir nuestro contenido con fines no comerciales, con atribución a InSight Crime en la firma y enlaces a la publicación original en la parte superior e inferior del artículo. Consulte el sitio web de Creative Commons para obtener más detalles sobre cómo compartir nuestro trabajo y envíenos un correo electrónico si utiliza un artículo.