La pauperización de gran parte de la población en Paraguay durante la pandemia de COVID-19 dio impulso al contrabando de alimentos desde Argentina y Brasil.
A finales de septiembre, agentes de una unidad anticontrabando decomisaron 20 toneladas de cebollas introducidas irregularmente al país desde Argentina. Hace poco también el gremio de productores paraguayos de pollos encendió las alarmas por la inundación del mercado interno con carne de pollo a precios artificialmente bajos. Estos también se introducen ilegalmente desde Argentina y Brasil.
Este año, otras alertas de contrabando han incluido el decomiso de miles de cajas de tomates procedentes de Brasil y pimientos o locotes verdes debido a la escasez del vegetal en los mercados paraguayos. Todos estos fueron introducidos sin la documentación requerida.
Este decomiso se suma a otros episodios en los que las autoridades han incautado cargas de productos agrícolas ingresados a Paraguay de manera irregular. Por ejemplo, en julio de 2021, la Fiscalía confiscó más de 1.000 cajas de tomate de contrabando traído de Brasil.
VEA TAMBIÉN: Todo sobre Contrabando
Los vendedores de alimentos declararon a los medios que es relativamente fácil contrabandear productos agrícolas en el país, ya que productos venidos de otros países pueden empacarse y venderse como si fueran paraguayos.
El contrabando, incluido el de alimentos, está casi normalizado en Paraguay. Es común ver decomisos de productos agrícolas, como tomates. Pero el fenómeno se ha agudizado durante la pandemia, lo que alarma por igual a productores y gobierno.
Análisis de InSight Crime
Aunque es comprensible la demanda de contrabando en un escenario de crecimiento de los índices de pobreza en Paraguay, el impacto en la economía nacional es muy real. Por un lado, los productos de contrabando por lo general se venden a menor precio que las opciones nacionales.
Esto lleva a que el mayor golpe lo sientan los productores y distribuidores de víveres, que no pueden vender su mercancía. A esto se suma la demostrada ineficacia de los controles en vigor en el país para impedir la entrada de productos de contrabando.
Por ejemplo, las importaciones legales de ciertos productos, como los pimientos, un ingrediente favorito en Paraguay, se limitan en el país para favorecer la producción interna. Pero en la actual escasez, el mercado ilegal toma fuerza.
Esto ha sido común durante la pandemia de COVID-19. Con la parálisis de la industria azucarera durante la pandemia, las ventas legales cayeron de 7.000 toneladas mensuales a 1.000 en 2020. Como era de esperarse, toneladas de azúcar entraron al país desde Brasil. Y la tendencia se ha mantenido en 2021, con una caída de 80 por ciento en las ventas de azúcar en los supermercados.
VEA TAMBIÉN: Perfil de Paraguay
“La gente no dimensiona, pero el contrabando deja a personas sin empleo», señaló Francisco Martino, presidente de la Unión Industrial Paraguaya Joven (UIP), en declaraciones al diario La Nación.
«Los productores de huevos, pymes, por ejemplo, que tienen menos de 1.000 pollos, dijeron que ya iban a cerrar porque no es rentable», añadió.