La policía brasileña está tomando medidas drásticas contra una práctica establecida: el contrabando de pesticidas ilegales procedentes de China.

Desde comienzos de agosto, la policía brasileña lanzó la segunda fase de una operación para desmantelar una red criminal dedicada al contrabando de pesticidas ligada a China y Paraguay.

Los operativos policiales se realizaron en los estados de Mato Grosso, al norte de Brasil, Mato Grosso do Sul, en el centro, y Paraná y São Paulo, al sur del país, contra proveedores nacionales y regionales de pesticidas obtenidos ilegalmente, según un comunicado oficial de prensa emitido por la policía.

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Esta es una nueva fase de una operación aparte contra el tráfico, ejecutada en julio, con el nombre “Negocio de China II», según la nota de Globo. En el estado de Bahia, noreste del país, se realizaron una serie de operativos sorpresa para enfrentar los pesticidas importados ilegalmente y falsificados, procedentes de China.

Y ambos se suman a una investigación de seis años que comenzó luego de que las autoridades identificaron una maquinaria que contrabandeaba químicos pesticidas a Brasil camuflados en cargamentos de mangos. Un grupo criminal mezclaba estos químicos con los pesticidas que se consiguen legalmente en Brasil. La mezcla ilícita se vendía en empaques brasileños reutilizados para hacerla parecer legal, según reveló Globo.

InSight Crime ya había informado cómo el crecimiento del mercado negro de pesticidas llevó a Brasil a enfrentar megarrobos mientras tomaban medidas contra el contrabando de productos agrícolas desde Paraguay. Las más grandes pandillas del país, incluidos el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC) y el Comando Rojo (Comando Vermelho, CV), participan actualmente del contrabando.

Análisis de InSight Crime

La mayoría de los pesticidas ilegales introducidos de contrabando en Brasil proceden de China en mayor grado y de India en segundo lugar.

Hay alarma entre expertos de la industria por el acelerado aumento de la cuota de mercado de los pesticidas ilegales. Estos tenían una participación del 24 por ciento en 2019, según la Federación Industrial del Estado de São Paulo (Federação das Indústrias do Estado de São Paulo, FIESP). El uso de pesticidas de origen ilegal en Brasil le representó al país un costo total de US$4 mil millones, según datos de decomisos de 2020.

Por lo general, estos atraviesan las fronteras del país con Uruguay y Paraguay, donde son más laxas las regulaciones sobre estos productos.

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Para su comercialización legal en Brasil, los productos agrícolas deben someterse a pruebas para garantizar la salud de los consumidores y salvaguardar el medio ambiente. Estas pruebas elevan los precios y las demandas sobre productores y vendedores, lo que los hace mucho más costosos que los pesticidas de contrabando que obvian los controles de calidad. Por esta razón, se venden con mayor facilidad los químicos traídos de contrabando desde China.

Por largo tiempo, los grupos criminales han explotado esta conexión china. En 2015, en el estado brasileño de Pará cayó una red dedicada a la comercialización ilegal del herbicida «Herbex», conocido en el argot popular brasileño como Pó da China, o “Polvo de China”, de origen uruguayo.

El contrabando va de la mano con un floreciente mercado legal, en el que productos importados de China abastecen la demanda brasileña.

Pese a los operativos recientes, el comercio ilícito no muestra señales de aminorar el paso en un futuro próximo.

“El contrabando de pesticidas está creciendo en el país al mismo ritmo de la agricultura brasileña … Este contrabando se ha convertido en una preocupación mayor, pues dejó de ser un mercado reducido para convertirse en una economía gigante bajo el control de grupos criminales especializados”, declaró el director del Instituto Brasileño de Desarrollo Económico y Social de Fronteras (Instituto de Desenvolvimento Econômico e Social de Fronteiras, IDESF) Luciano Stremel Barros, ante el senado brasileño en septiembre de 2019.

El próximo mes de septiembre, los inspectores federales del Ministerio de Agricultura tendrán acceso a nuevos espectrómetros para verificar si los químicos que pasan por la aduana son legales o no.