El creciente mercado negro de pesticidas robados o contrabandeados ha puesto a Brasil en aprietos: mientras el país enfrenta robos cada vez más grandes al interior, debe controlar el contrabando de productos agrícolas provenientes de Paraguay.

Según un informe de Globo, en el mes de diciembre, en dos operaciones distintas de la policía militar en los céntricos estados de Goiás y Tocantins, fueron confiscadas 22 toneladas de pesticidas robadas, por un valor total de US$1,5 millones.

Si bien en ninguno de los dos casos se realizaron capturas, ha habido informes de que las pandillas más grandes de Brasil, el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Rojo (Comando Vermelho, CV), han intentado expulsar a los viejos contrabandistas de pesticidas de Brasil y Paraguay.

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La BBC informó en noviembre pasado que estas grandes pandillas habían llevado a cabo robos a mano armada en granjas, y que usaban drones para localizar pesticidas y dirigir sus redadas.

Sin embargo, al parecer se están contrabandeando más pesticidas provenientes del vecino Paraguay, donde las regulaciones sobre estos productos son mucho más laxas. Según Globo, en octubre fueron incautadas cuatro toneladas de pesticidas en Mato Grosso do Sul, las cuales ya habían cruzado la frontera.

Un informe de junio de 2019 del Instituto de Desarrollo Económico y Social de Fronteras (Instituto de Desenvolvimento Economico e Social de Fronterias, IDESF) calcula que 20 por ciento de los plaguicidas vendidos en Brasil son de origen ilegal, lo cual le cuesta al país 8.800 millones de reales (US$2.100 millones de dólares).

“El contrabando de pesticidas en el país está creciendo a la par que la agricultura brasileña […] Este contrabando se ha vuelto una gran preocupación, pues ya no es un pequeño indicador, sino una gran economía controlada por bandas especializadas”, le dijo al Senado brasileño en septiembre el director del IDESF, Luciano Stremel Barros.

Análisis de InSight Crime

Aún se desconoce la magnitud del robo de plaguicidas en Brasil, así como los responsables de esta crisis. Si bien no hay pruebas definitivas de cuán profundamente están involucrados el PCC y el CV en esta economía criminal, ha habido varios informes de robos en Mato Grosso do Sul y Paraná, ambos territorios del PCC.

Fuentes de la policía federal en la región confirmaron a InSight Crime que el PCC y el CV están tratando de incursionar en este lucrativo comercio, pero también dijeron que las bandas criminales dedicadas al contrabando de pesticidas siguen controlando el mercado.

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Según Wagner Ferreira da Silva, coronel de la policía de carreteras de Mato Grosso do Sul, los pesticidas son el contrabando de más rápido crecimiento en la frontera con Paraguay. El oficial también le dijo a InSight Crime que los pesticidas son el producto más rentable para los contrabandistas, después de las drogas y los cigarrillos.

Brasil libra actualmente una guerra en dos frentes, pues debe controlar no solo el robo de pesticidas al interior del país, sino también el contrabando proveniente del extranjero. Ambas guerras serán difíciles. Los robos suelen ocurrir en zonas rurales remotas donde la actuación de las autoridades es lenta, mientras que el contrabando desde Paraguay es facilitado por todo tipo de ayudas, desde funcionarios corruptos hasta infinidad de cruces fronterizos entre los dos países.

Es poco probable que la situación mejore con la ayuda del Ministerio de Agricultura, el cual autorizó el uso de docenas de pesticidas y productos químicos en Brasil en 2019.