Pese a las numerosas investigaciones en contra suya, un magnate argentino de la aviación logró valerse de los vacíos en las normas de registro de aviones en Estados Unidos y ayudó a narcotraficantes de toda Latinoamérica a buscar aviones para el transporte de sus cargamentos.

Federico Machado, empresario argentino y dueño de dos empresas de aviación en Florida, fue aprehendido de conformidad con una circular roja de Interpol el 15 de abril en el aeropuerto Neuquén, en Argentina. Machado podría ser extraditado próximamente a Estados Unidos, donde es requerido para responder por una compleja trama de narcotráfico.

El 26 de febrero, Machado, junto con otras siete personas, fue acusado formalmente en el Juzgado de Distrito del Este de Texas, Estados Unidos, por la presunta compra y registro ilegal de aviones a nombre de firmas y personas extranjeras para exportación a otros países, donde se usaban los aviones para trasegar cocaína, según un comunicado oficial del Departamento de Estado de ese país.

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Los documentos hechos públicos alegan que Machado usó su empresa de aviación en Florida, South Aviation Inc., para comprar aeronaves, que se registraron ilegalmente ante la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) por parte de Aircraft Guarantee Corporation (AGC), de propiedad de dos cómplices en la conspiración. Los aviones posteriormente se exportaban y vendía en otros países, donde las credenciales de la FAA permiten que los aviones estén menos sometidos a inspecciones y eviten los impuestos de importación que comúnmente gravan los aviones.

AGC presuntamente registró cientos de aviones con la FAA en Onalaska, población del este de Texas, que no tiene aeropuerto.

Varios aviones registrados siguiendo estas artimañas fueron exportados a otros países y usados por grupos criminales transnacionales para el trasiego de grandes cantidades de cocaína hacia Estados Unidos, según la imputación. Las ganancias de la posterior venta de los narcóticos se transportaban desde Estados Unidos hasta México y se usaban para adquirir más aeronaves y cocaína.

Machado está señalado de operar como intermediario en la venta de aviones para narcotraficantes al menos desde 2011 y ha estado implicado en casos notorios de lavado de dinero en Estados Unidos y Argentina, aunque sus recientes empresas criminales indican que la compraventa de aviones era solo la punta del iceberg.

Análisis de InSight Crime

La escala y la sofisticación del prontuario criminal de Machado son raras en Argentina y evocan comparaciones con “narcoempresarios”, asociados más comúnmente con México o Colombia.

A comienzos de la década de 2010, el nombre de Machado se dio a conocer en conexión con dos escándalos muy sonados en Argentina: un caso de narcotráfico que involucraba a los hijos del excomandante de la Fuerza Aérea argentina José Juliá (1989-1993) y el infame escándalo de la “Ruta del dinero K”, que implicó a los expresidentes argentinos Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Las aeronaves involucradas en ambos casos —una usada para el trasiego de droga entre Argentina y España y otra usada para transportar gruesas sumas de dineros públicos malversados— se conectaron con la firma de Machado, South Aviation Inc.

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El pliego de cargos en Estados Unidos indica que los aviones adquiridos por Machado y registrados ilegalmente por ACG se usaron específicamente para el trasiego de narcóticos a lo largo y ancho de Latinoamérica. Varias naves adquiridas por Machado han sido decomisadas con drogas en Colombia, Venezuela, Ecuador, Belice, Honduras, Guatemala y México. Al menos en un caso, el avión fue vendido a un convicto narco en Sinaloa, México, y posteriormente decomisado en Belice con 2,3 toneladas de cocaína.

Los cargos criminales contra Machado en Estados Unidos lo señalan a él y a sus coconspiradores de dirigir un esquema Ponzi asociado a la compra de aeronaves. Según el pliego de cargos, Machado reclutaba a inversionistas para que invirtieran en depósitos para la compra de aviones inoperantes o inexistentes. Los inversionistas presuntamente depositaban su dinero en un fideicomiso administrado por los coconspiradores de Machado, que este usaba para financiar diferentes empresas criminales. Cuando la venta de los aviones inoperantes o inexistentes inevitablemente se frustraba, Machado conseguía nuevos inversionistas para obtener depósitos de compra que se usaban para reembolsar a los anteriores inversionistas.

“Los investigadores hallaron envíos por millones de dólares a nombre de Machado, quien desviaba parte del dinero a minas de minerales en Guatemala”, señaló Ernesto González, fiscal federal del caso, en declaraciones a la WFAA, una estación de noticias de radio en Texas.

Finalmente, Machado está vinculado a la minería ilegal en Guatemala, según El Periódico. En enero de 2020, el Congreso de Guatemala señaló a Machado como una de las presuntas partes responsables de la explotación ilegal de oro y plata en Camotán, Chiquimula.

Además, políticos guatemaltecos que hablaron con El Periódico, confirmaron que Machado había financiado las campañas de varios candidatos presidenciales en Guatemala, incluido el expresidente Jimmy Morales (2016-2020), a quien Machado al parecer prestó aviones y su helicóptero privado, en múltiples ocasiones. Otras fuentes también informaron que Machado se había jactado en varias oportunidades de haber financiado las campañas del presidente Alejandro Giammattei y de la excandidata presidencial Sandra Torres.

El 21 de abril, varios fiscales guatemaltecos abrieron una investigación sobre la financiación de Machado a varios partidos políticos del país.