El homicidio de una corresponsal de Chihuahua es el tercer asesinato de un periodista en México este mes, una ola de violencia de la cual el crimen organizado puede ser responsable, pero que también refleja las crecientes tendencias generales de inseguridad.

Miroslava Breach Velducea, corresponsal de Chihuahua para el medio de noticias mexicano La Jornada, fue asesinada a balazos en su automóvil el 23 de marzo por desconocidos, cuando salía de su casa para llevar a su hijo a la escuela, informó Proceso.

Según La Jornada, Breach fue impactada por ocho balas de 9 mm a quemarropa, lo que sugiere que se trata de un asesinato de ejecución.

Durante su carrera, la periodista se había pronunciado en contra de las violaciones a los derechos humanos y de los impactos negativos del tráfico de drogas. Entre los temas que ella estaba investigando recientemente se encontraban el desplazamiento de cientos de familias por organizaciones narcotraficantes en Chihuahua y la infiltración del crimen organizado en las elecciones locales.

La muerte de Breach representa el tercer asesinato de un periodista en lo que va corrido de este mes en México. A este le antecedió el asesinato de Ricardo Monlui Cabrera, en Veracruz, el pasado 19 de marzo; el periodista recibió un disparo a quemarropa cuando salía de un restaurante con su familia, informó La Jornada. En 2010, el hijo de Monlui, acusó a policías municipales de haberlo secuestrado, disparado y abandonado al creerlo muerto.

Y el pasado 2 de marzo, Cecilio Pineda Brito fue asesinado por dos hombres que se movilizaban en una motocicleta en el estado de Guerrero. Pineda, que cubría la sección policial, había sobrevivido a un atentado en 2015 y desde entonces había recibido varias amenazas de muerte. Según El Universal, el fiscal general del estado de Guerrero, general Xavier Olea Peláez, dijo que el crimen organizado había sido el responsable de su asesinato.

Análisis de InSight Crime

Es demasiado pronto para establecer con certeza si el crimen organizado mexicano fue el responsable de los tres asesinatos, en un momento en que están aumentando los homicidios a nivel nacional. Sin embargo, al menos dos de los asesinatos —el de Miroslava Breach y el de Cecilio Pineda— parecen hacer parte de una tendencia a atacar a los periodistas que cubren temas relacionados con el crimen. Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), el 74 por ciento de los periodistas asesinados en México desde 1992 se dedicaban a reportar sobre el crimen, el 29 por ciento cubrían temas de corrupción y el 24 por ciento temas de política.

En ese sentido, Marcela Turati Muñoz, una laureada reportera del medio de noticias mexicano Proceso, le dijo a InSight Crime que era imposible confirmar que el crimen organizado era el directo responsable de estos asesinatos. Turati señaló además que es posible que los asesinatos tengan que ver con las luchas por el poder político que involucran a los políticos y empresarios corruptos relacionados con los carteles del narcotráfico.

“A muchos asesinos en estas áreas [donde fueron asesinados los periodistas] les resulta fácil disfrazar sus homicidios como si fueran acciones del crimen organizado, porque saben que así nadie investigará minuciosamente si el delito presenta las características del crimen organizado”, escribió Turati en un correo electrónico.

“En Chihuahua, por ejemplo, no hay solamente disputas entre los carteles, también hay un continuo conflicto político, un reajuste político. Y en cada uno de estos tres estados [Guerrero, Veracruz y Chihuahua] han salido a la luz los vínculos entre los políticos y los carteles”, agregó.

En marzo de 2016, Breach había escrito específicamente sobre estos vínculos en el estado de Chihuahua, revelando las estrechas relaciones entre los candidatos para las elecciones locales y los grupos criminales.

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InSight Crime también contactó a Carlos Lauria, coordinador sénior del programa de CPJ para América Latina, quien hizo eco de algunos de los comentarios de Turati.

“Uno de los problemas que agrava la violencia contra los periodistas [en México] es la colusión entre grupos criminales y políticos locales, la policía e incluso a veces el poder judicial”, le dijo Lauria a InSight Crime.

Pero Lauria también señaló que la violencia contra los periodistas en México “se presenta de manera intermitente, y a veces es más un reflejo de la violencia generalizada que una tendencia creciente de homicidios de periodistas”.

Veracruz, un lugar donde los asesinatos de periodistas han sido comunes, también está experimentando una importante evolución criminal tras la caída de la administración del exgobernador Javier Duarte, que presuntamente participó en actividades corruptas durante su mandato, además de ser sospechoso de tener vínculos con los grupos criminales. El International Crisis Group (ICG) llegó a decir que, después de la administración Duarte, Veracruz se ha sumido en un “estado de terror”.

Chihuahua también enfrenta crecientes niveles de violencia, y Guerrero ha sido uno de los estados con mayor criminalidad e inseguridad en México.

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