Un antiguo miembro del Cartel del Norte del Valle de Colombia se convirtió en el primer capo de este país en pisar dos veces una cárcel de Estados Unidos, lo cual demuestra la facilidad con la que estos criminales pueden volver a delinquir cuando cumplen sentencias cortas y logran mantener sus redes criminales.

La Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía Nacional de Colombia (DIJIN) informó el pasado 28 de febrero que José Orlando Sánchez Cristancho, alias “el hombre del overol”, fue extraditado a Estados Unidos. Era requerido por la Corte del Distrito Sur de Florida por cargos de lavado de activos y fraude bancario.

“El hombre del overol” fue uno de los cabecillas del Cartel del Norte del Valle bajo el mando de Orlando Henao Montoya, quien también utilizaba el mismo seudónimo. Se cree que esto fue una estrategia para engañar a las autoridades y hacerles creer que Sánchez Cristancho era el líder de la organización.

Sánchez Cristancho ya había estado preso en Estados Unidos de 2001 a 2006 y además estuvo otros tres años en libertad condicional en ese país. Una vez salió de prisión, participó en estafas bancarias de hasta US$ 1 millón, por lo que en abril de 2014 las autoridades estadounidenses le imputaron los cargos de los que ahora se le acusa, informó El Espectador.

De vuelta a Colombia, en donde se cree que pudo haber retomado sus actividades criminales, estuvo prófugo de la justicia estadounidense hasta su arresto en Bogotá en marzo de 2017. No tenía ninguna orden judicial en Colombia, por lo que su extradición fue aprobada en octubre de ese mismo año.

Análisis de InSight Crime

Sánchez Cristancho sería el primer capo colombiano en ser extraditado por segunda vez a Estados Unidos, pero no el primero en retomar actividades criminales después de recuperar su libertad.

Por ejemplo, Víctor Patiño, alias “El Químico” y Carlos José Robayo, alias “Guacamayo”, también exintegrantes del Cartel del Norte del Valle, volvieron a Colombia después de cumplir con su condena en Estados Unidos para reclamar sus propiedades y para vengarse de Los Rastrojos, sus antiguos enemigos que también surgieron como fracción del Cartel del Norte del Valle.

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De hecho, en los últimos años se han cumplido las condenas de varios narcotraficantes y paramilitares colombianos que estaban presos en Estados Unidos, por lo que existe el riesgo que varios de ellos elijan volver al crimen organizado.

David Martínez Amador, profesor universitario y especialista en etnografía y conducta criminal, opina que a diferencia de los grandes narcotraficantes mexicanos o colombianos, para los capos de rango medio es relativamente fácil volver al mundo criminal después de culminar su condena en Estados Unidos.

“Si hablamos de los grandes capos colombianos o mexicanos […] las sentencias son draconianas y aunque no estipulan cárcel de por vida en todos los casos,  los capos regresan a una edad donde resulta más difícil retornar a la organización y competir con nuevos liderazgos”, dijo a InSight Crime.

Sin embargo, sentencias relativamente cortas como la de Sánchez Cristancho generan los incentivos racionales para regresar de nuevo al mundo criminal.

“Los contactos siguen vigentes y hay espacios disponibles. Es ilógico pensar que todos estos perfiles tienden comprometerse a no volver a delinquir”, dijo Martínez Amador.