El arresto en Brasil de un narcotraficante buscado por Perú, prófugo de la justicia durante más de una década, ilustra la evolución de la dinámica de narcotráfico en las zonas cocaleras de Perú, y señala cambios en el negocio transnacional de la cocaína en Suramérica.
Adrián Velarde Huamaní, alias “Chato Adrián”, uno de los narcos más buscados en Perú, fue arrestado el 21 de septiembre en Brasilia, capital de Brasil, según anunció el ministro del interior de Perú en un comunicado este 25 de septiembre.
Velarde cayó por primera vez en el radar de las autoridades luego de un monumental decomiso de pasta de coca en 2007, en la región de Ayacucho, en Perú. Parte de esa región se encuentra en el centro de cultivo de coca del país inca, el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Pero las autoridades no lograron arrestar al capo sospechoso, quien al parecer gozaba de protección por parte de los habitantes en el momento del operativo.
Siguieron otros decomisos, y para 2011 la organización de Velarde ya estaba también en el radar de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Según el medio de periodismo investigativo IDL-Reporteros, Velarde fue uno de los principales actores en el VRAEM, con capacidad de transportar por lo menos 300 kilogramos de pasta de coca cada mes.
Los informes indican que Velarde transportaba la mayor parte de la pasta de coca a Bolivia, donde se refinaba para convertirla en cocaína y posteriormente se enviaba al exterior. Para 2015, se dijo que Velarde y sus cómplices habían huido de Perú hacia Bolivia, donde siguieron manejando sus operaciones de narcóticos. Sigue sin aclararse cuánto tiempo estuvo en Brasil o por qué se encontraba allí al momento de su captura.
Análisis de InSight Crime
Velarde parece producto de la época en la que el cultivo de coca en el VRAEM creció hasta el punto en que Perú superó a Colombia como mayor producto mundial de coca, en 2013. (Desde entonces Colombia ha recuperado su primer lugar). Pero dados los recientes cambios importantes en la dinámica del tráfico, el arresto de Velarde también señala la incertidumbre en lo que respecta al actual panorama criminal en el VRAEM.
Es interesante que la organización de Velarde no parezca haber hecho uso del famoso puente aéreo entre el VRAEM y la vecina Bolivia que fue durante tanto tiempo la base de la dinámica de tráfico en Perú. Pero la operación del grupo siguió el patrón bien establecido de transporte de pasta de coca hacia Bolivia, donde se procesaba el producto para transformarlo en cocaína antes de enviarlo a los mercados consumidores. Y Velarde también hizo parte de una tendencia de traslado eventual de los clanes de drogas más poderosos del VRAEM para manejar sus operaciones desde Bolivia.
No es claro, sin embargo, si Velarde era un proveedor mayorista para distribuidores orientados al mercado brasileño de cocaína —ahora el segundo mayor del continente americano— o si la cocaína se embarcaba desde Brasil hacia Europa.
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El arresto de Velarde también apunta a importantes cambios en la dinámica del tráfico. Además del arresto de varios importantes narcotraficantes del VRAEM, los niveles de cultivo de coca en la región han caído en los últimos años. Sin embargo, lo cambiante del entorno podría abrir la puerta para que nuevos grupos intenten imponer control en el área.
Un informe oficial de inteligencia de Brasil divulgado a comienzos de este año afirmaba que la poderosa pandilla brasileña conocida como Primer Comando Capital (Primeiro Comando da Capital – PCC) está expandiendo su presencia en el tráfico de cocaína peruano (y posiblemente en toda la región). Representantes del gobierno peruano han repetido esta advertencia, señalando la presencia del PCC en el VRAEM y la aparición de nuevas rutas de tráfico terrestre hacia Brasil.