La ofensiva en contra de los Caballeros Templarios liderada por grupos de autodefensa y por las fuerzas de seguridad creó un vacío de poder criminal en el estado de Michoacán en México, un vacío que las autoridades creen que algunos de los grupos criminales más importantes del país, así como grupos de autodefensa rebeldes, ahora están tratando de llenar.
Los documentos confidenciales del gobierno federal mexicano obtenidos por Proceso advierten que Michoacán está en disputa por facciones rebeldes de los movimientos de autodefensa que han sido infiltradas por criminales y por carteles que incluyen a los Zetas, restos de la Familia Michoacana, el Cartel del Golfo y la Organización Beltrán Leyva (OBL).
Según Proceso, Los Gallegos son uno de los grupos de autodefensa criminalizados más poderosos, y están aliados con el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Según se informa, a su vez, este último grupo está respaldado por la fuerza criminal dominante en México, el Cartel de Sinaloa.
Otro motivo de preocupación son las autodefensas de Buenavista Tomatlán, dirigidas por Luis Antonio Torres, alias “Simón” o “El Americano”. Actualmente está compuesta por 1.200 personas y opera bajo el nombre de Autodefensa Operativa H3 (Hermandad 3).
La implosión de los Caballeros Templarios también ha alertado a algunos carteles externos acerca de las oportunidades que se presentan en el estado. Según los documentos, los Zetas están buscando volver a la región de la que una vez fueron expulsados, mientras tanto, el Cartel del Golfo ha hecho una alianza con el líder de los caballeros, Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, y la OBL había unido fuerzas con el recién abatido número dos de los caballeros, Enrique “El Kike” Plancarte.
Análisis de InSight Crime
Hasta hace poco, los Caballeros Templarios disfrutaban de un amplio control sobre Michoacán, no sólo de su tráfico y producción de drogas, sino también de la explotación de sectores que incluyen la producción de aguacate y la minería de hierro. También participaban en la extorsión generalizada de empresas y controlaban gobiernos locales.
Sin embargo, el grupo ha sido desestabilizado por los ataques lanzados por las autodefensas y las fuerzas de seguridad, así como por la muerte de su líder, Nazario Moreno González, alias “El Chayo “. Si los documentos del gobierno son precisos, también podrían estarse fragmentado -los informes sugieren que el nuevo líder principal de los Caballeros, La Tuta, y el hombre que se creía que era su suplente antes de su reciente muerte, El Kike, habían estado buscando alianzas con diferentes grupos. .
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No es sorprendente que otros grupos criminales estén tratando de sacar provecho de la caída de los Caballeros en Michoacán. En oferta no sólo se encuentran las redes criminales que establecieron, sino también el control sobre uno de los puertos más grandes de México, Lázaro Cárdenas, un importante punto de entrada para las drogas y los precursores químicos utilizados en la producción de drogas sintéticas.
Los documentos también parecen confirmar las peores sospechas sobre el movimiento de autodefensas en la región, que desde el principio han despertado preocupaciones de que los grupos podrían ser infiltrados y manipulados con fines criminales.