El enjuiciamiento de 35 miembros de la banda de narcotraficantes Los Monos, ubicada en Rosario, ha proporcionado una mirada al interior de una sofisticada organización que se ha infiltrado en estructuras del Estado, y que parece estar involucrada en la producción de drogas; un ejemplo de la evolución del paisaje del crimen organizado en Argentina.

El caso es el resultado de investigaciones iniciadas en septiembre de 2012, tras el asesinato de Martin Paz, alias “Fantasma”, un miembro de Los Monos que otros compañeros acusaron ??de usar el dinero de la banda para comenzar su propio negocio de droga en Rosario, informó La Nación. Paz compró 80 kilos de pasta de coca en Bolivia para procesar en Rosario, pero las drogas fueron incautadas en la ruta por las autoridades argentinas.

Entre los procesados ??están el hijo de un líder del grupo, Ariel Máximo Cantero, y el representante del futbolista de Buenos Aires, Ángel Correa, cuyos vínculos con la pandilla fue objeto de investigación el año pasado. Once miembros de la policía del departamento de Santa Fe, un agente de la policía federal, y un miembro de la marina de guerra, también están siendo acusados ??de vínculos con el grupo, informó Clarín.

Los Monos están dirigidos por el clan Cantero. Los dos líderes principales, Ariel Cantero y Ramón Machuca, han huido durante casi un año. La estructura del grupo incluye una red de sicarios y de lavadores de dinero, y la pandilla opera con la protección de policías corruptos. Además del microtráfico, la pandilla está involucrada en extorsión, lavado de dinero y venta de servicios de seguridad privada, según Clarín.

Los miembros de la banda están siendo procesados ??por asociación ilícita, pero el caso está listo para ser llevado a los tribunales federales para que puedan ser juzgados por crímenes relacionados con las drogas.

Análisis de InSight Crime

La capacidad de Los Monos para atraer a la policía corrupta, y estar detrás de la producción de droga y la estructura de múltiples capas, son todas señales de una organización sofisticada, y son representativas de una evolución general del tráfico de drogas en Argentina. El alguna vez un país de tránsito de cocaína y principal mercado de consumo, Argentina se ha convertido en un centro de producción para los carteles mexicanos, y el comercio de drogas callejero del país también ha evolucionado.

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Rosario es la ciudad que ha sentido con mayor fuerza este cambio. Situada al final de la Ruta 34 -una importante ruta de tránsito para mover cocaína de Bolivia a las ciudades argentinas- se ha convertido en un centro tanto para el tráfico de drogas como para la producción, con la fábrica de cocaína más grande del país, descubierta hasta ahora, en las proximidades el año pasado.

Los enfrentamientos entre Los Monos y otras bandas de narcotraficantes por el control del mercado de droga local, han elevado la tasa de homicidios en Rosario. El año pasado hubo un número récord de homicidios en Rosario, con 264 asesinatos registrados -76 por ciento más que en 2012. A medida que las pandillas han crecido, también han comenzado a utilizar métodos típicos de grupos más grandes, incluyendo la intimidación de figuras políticas y el empleo de redes de “sicarios”.