Cinco colombianos fueron encontrados muertos en Veracruz, México, en lo que pareció inicialmente un asesinato al estilo del crimen organizado, aunque una teoría plantea que se los señaló por su participación en un esquema de cobro de préstamos.
El 22 de noviembre, funcionarios colombianos confirmaron la identificación de cinco cuerpos, hallados por las autoridades mexicanas, como ciudadanos colombianos, informó El Espectador. Los cuerpos fueron descubiertos el 17 de noviembre cerca de un rancho en el municipio de Puente Nacional, en el estado mexicano de Veracruz.
Los cuerpos fueron encontrados semidesnudos, y exhibían señales de tortura, tenían los ojos vendados y las manos atadas. Según El Tiempo, los hombres murieron de un tiro de gracia, como una ejecución.
Información obtenida por los investigadores indica que los hombres se dedicaban a un negocio que “probablemente” era ilegal, el cual ejercían en la ciudad de Córdoba, según detalló El Espectador.
Declarados desaparecidos anteriormente, los cinco tuvieron contacto con sus familias por última vez el 11 de noviembre, según El Tiempo.
Análisis de InSight Crime
No es claro porqué estaban en México estos colombianos y mucho menos porqué fueron asesinados o por quién. Teniendo en cuenta la historia y la dinámica del negocio regional de la droga en Latinoamérica, las economías criminales de Colombia y México se encuentran inextricablemente ligadas, lo que amplía enormemente las posibilidades de lo que los hombres estuvieran haciendo en México.
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Según El Tiempo, sin embargo, es posible que los cinco participaran en sistemas de préstamos informales con tasas de usura, y fueran cobradores de deudas. Esta teoría tiene precedentes, pues hay evidencia reciente que indica que los usureros colombianos están expandiendo sus operaciones por toda Latinoamérica. Esta práctica, conocida como “gota a gota”, los acreedores ofrecen préstamos con altos intereses a personas pobres y obreros, cuyo acceso a los servicios bancarios formales es escaso o nulo. La incapacidad del deudor para pagar a sus acreedores puede conllevar a la violencia, o incluso a la muerte.
Aunque en años recientes México ha tenido mejoras en la seguridad, el modus operandi de grupos criminales, como Los Zetas y los Guerreros Unidos sigue centrado fuertemente en el control del territorio de las pandillas. La imposición de control exclusivo sobre áreas específicas es lo que permite a las pandillas cobrar los pagos, conocidos como “piso”, a migrantes, negocios, multinacionales y demás. Dicho énfasis en el control territorial podría explicar por qué un grupo armado en México puede haber reaccionado con tanta agresividad ante la presencia de usureros extranjeros.