En 2015, las autoridades bolivianas incautaron casi 600 toneladas métricas de químicos precursores usados para el procesamiento de cocaína, lo que pone en evidencia la importancia del país en la cadena suramericana de producción del alcaloide.

Agentes del Grupo de Investigaciones de Sustancias Químicas (GISUQ) reportaron decomisos de 597.134 kilos de precursores de cocaína sólidos y 1,1 millones de litros de precursores líquidos en 2015, según información de El Deber. El GISUQ es una dependencia de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), cuyo único fin es el control de precursores.   

El coronel Eduardo Claura, director del GISUQ, declaró a El Deber que el 80 por ciento de los precursores de cocaína hallados en Bolivia proceden de fuera de las fronteras nacionales.

El viceministro de Defensa Social de Bolivia, Felipe Cáceres, declaró al medio noticioso que impedir la entrada de químicos al país es una tarea tremenda.

“Los precursores ingresan por casi todas las fronteras; por Brasil, por Perú, por Argentina y por Chile, menos por Paraguay”, explicó Cáceres. “Hay controles especiales, igual al control de drogas, pero hay mucho ingenio para introducir estas sustancias químicas, incluso aplican cemento de construcción para elaborar pasta base”.

Existen unos 100 químicos precursores diferentes que pueden usarse en el proceso de convertir hojas de la planta de la coca en cocaína, pero solo 49 de ellos tienen control del gobierno boliviano, pues simplemente no es práctico controlar precursores que tienen usos cotidianos normales, como el limón o el cemento.

Bolivia ha sido durante mucho tiempo un productor y centro de tránsito para la cocaína. Muchas veces la droga se purifica y refina en Bolivia antes de ser contrabandeada a otros países para uso doméstico y trasbordo. En 2015, el gobierno boliviano destruyó 4.232 laboratorios de cocaína, que generalmente son estructuras muy básicas, equipadas con elementos poco sofisticados como canecas de metal o de plástico.

Análisis de InSight Crime

Bolivia, cuya población indígena usa la hoja de coca como estimulante suave, muy similar al café, sigue debatiéndose en el intento de poner fin a su rol en la producción y el tráfico de cocaína. El país es el tercer mayor productor mundial de hoja de coca y ha asistido a un aumento de su rol como centro de tránsito de cocaína en los últimos años, aun cuando la producción de coca ha ido en descenso.

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El gobierno boliviano está intentando combatir el narcotráfico, como lo demuestra la reciente Operación Quijarro, entre Brasil y Bolivia. Además, el país andino ingresó hace poco a un centro conjunto de intercambio de inteligencia con Perú y Brasil, para combatir a los grupos criminales. Bolivia también está luchando por evitar que la cocaína salga en aviones a pistas aéreas clandestinas en Perú, un hecho tan común que se conoce como el puente aéreo Perú-Bolivia.

Pese a sus esfuerzos de control, es probable que Bolivia siga siendo un centro importante de producción y tránsito para la cocaína, en especial cuando el consumo doméstico de cocaína aumenta en países vecinos, en especial Brasil y Argentina.

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8 respuestas a “Decomisos de precursores demuestran rol de Bolivia en negocio de cocaína”