El conocido narcotraficante colombiano Daniel “El Loco” Barrera ha sido extraditado a Estados Unidos, marcando el fin de la era de los capos y carteles colombianos a medida que el mundo criminal del país continúa fragmentándose.
Barrera fue trasladado en avión a Nueva York, donde será procesado por cargos de narcotráfico, primero en una corte federal de Manhattan, y luego en un tribunal federal de Brooklyn. También enfrenta cargos adicionales en Florida.
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Fue arrestado en Venezuela en septiembre de 2012, poniendo fin a una carrera de varias décadas en el narcotráfico, que vio cómo Barrera se convirtió en uno de los personajes más influyentes del crimen organizado colombiano.
Análisis de InSight Crime
Luego de su captura, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos llamó a Barrera el “último gran capo”, y su extradición marca un final apropiado a un período dominado por infames capos del narcotráfico y los carteles monolíticos. En su lugar, ha comenzado una nueva era de redes criminales más descentralizadas, sin un personaje u organización capaz de reclamar la influencia y el poder obtenidos por sus predecesores.
Barrera era conocido por sus habilidades de negociación y por establecer una amplia red de contactos comerciales de drogas, que abarcó todo el espectro del crimen organizado colombiano. Barrera construyó alianzas con numerosas organizaciones, incluyendo una con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a la que compraba la cocaína, y el fragmentado grupo narco-paramilitar, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC).
Después de su arresto, Semana obtuvo grabaciones de Barrera en las que anunció su intención de colaborar plenamente con las autoridades. Si cumple con su palabra, es probable que emerjan más detalles sobre las operaciones de sus aliados, así como sus redes de transporte en Venezuela, Centroamérica y México, y las conexiones con las autoridades corruptas en todo el hemisferio.
La partida de Barrera también plantea preguntas sobre quién llenará el vacío que deja atrás. Ya hay indicios de aumento de la violencia en la región de los Llanos Orientales, otrora dominada por Barrera y sus aliados del ERPAC.